Dios te bendiga
grandemente.
Jeremías 17:14 dice:
Sáname, oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré
salvo; porque tú eres mi alabanza.
Te quiero preguntar:
¿Estás enfermo y quieres
saber cómo orar por tu sanidad?
¿Deseas dirigirte a
Dios pidiendo que te sane de la enfermedad que padeces y no sabes por dónde
empezar o cómo hacerlo?
Dios está interesado en
escuchar tu oración y traer tu sanidad, es por ello que aprenderemos a orar por
nuestra propia sanidad tomando los ejemplos que tenemos en la poderosa palabra
de Dios, para que así, nuestra oración sea eficaz.
Cuantas veces el dolor
y la pena por la enfermedad silencian nuestra oración, pero es aquí donde
debemos saber que Dios está esperando que nos dirijamos a Él.
Primero. Pidiendo misericordia o compasión.
El Salmo 6:2-4 dice:
Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy
enfermo;
Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.
6:3 Mi alma también está muy turbada;
Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?
6:4 Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma;
Sálvame por tu misericordia.
Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.
6:3 Mi alma también está muy turbada;
Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?
6:4 Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma;
Sálvame por tu misericordia.
Pedir a Dios
misericordia, es apelar a su compasión, y al hacerlo, debemos convencernos de
que Él es compasivo y nos mira con ojos de misericordia todo el tiempo. Dios
hace misericordia a millares, para siempre es su misericordia, sus misericordias
son nuevas cada mañana, dándonos a entender que nunca envejecen y siempre están
para nosotros y por su misericordia vendrá nuestra sanidad.
Reconoce que necesitas
misericordia y entrégate a la misericordia y compasión de Dios; depende de ella.
Podemos orar a Dios
para que nos trate con compasión; quizás merezcamos la disciplina, pero debemos
y podemos orar por misericordia.
Ora a Dios pidiendo
misericordia, Él está esperando que lo hagas.
Segundo. Debes ser descriptivo en tu oración.
Presta atención al
siguiente ejemplo y aprende de el.
Salmo 38:5-10 dice:
Hieden y
supuran mis llagas,
A causa de mi locura.
38:6 Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera,
Ando enlutado todo el día.
38:7 Porque mis lomos están llenos de ardor,
Y nada hay sano en mi carne.
38:8 Estoy debilitado y molido en gran manera;
Gimo a causa de la conmoción de mi corazón.
38:9 Señor, delante de ti están todos mis deseos,
Y mi suspiro no te es oculto.
38:10 Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor,
Y aun la luz de mis ojos me falta ya.
A causa de mi locura.
38:6 Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera,
Ando enlutado todo el día.
38:7 Porque mis lomos están llenos de ardor,
Y nada hay sano en mi carne.
38:8 Estoy debilitado y molido en gran manera;
Gimo a causa de la conmoción de mi corazón.
38:9 Señor, delante de ti están todos mis deseos,
Y mi suspiro no te es oculto.
38:10 Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor,
Y aun la luz de mis ojos me falta ya.
Salmo 102:3-9 dice:
Porque mis
días se han consumido como humo,
Y mis huesos cual tizón están quemados.
102:4 Mi corazón está herido, y seco como la hierba,
Por lo cual me olvido de comer mi pan.
102:5 Por la voz de mi gemido
Mis huesos se han pegado a mi carne.
102:6 Soy semejante al pelícano del desierto;
Soy como el búho de las soledades;
102:7 Velo, y soy
Como el pájaro solitario sobre el tejado.
Y mis huesos cual tizón están quemados.
102:4 Mi corazón está herido, y seco como la hierba,
Por lo cual me olvido de comer mi pan.
102:5 Por la voz de mi gemido
Mis huesos se han pegado a mi carne.
102:6 Soy semejante al pelícano del desierto;
Soy como el búho de las soledades;
102:7 Velo, y soy
Como el pájaro solitario sobre el tejado.
102:8 Cada
día me afrentan mis enemigos;
Los que contra mí se enfurecen, se han conjurado contra mí.
102:9 Por lo cual yo como ceniza a manera de pan,
Y mi bebida mezclo con lágrimas,
Los que contra mí se enfurecen, se han conjurado contra mí.
102:9 Por lo cual yo como ceniza a manera de pan,
Y mi bebida mezclo con lágrimas,
Ser descriptivo con
Dios en oración, es contarle todo lo que sientes y todo lo que estás
experimentando; no porque Dios no lo sepa, sino porque al hacerlo,
experimentarás descanso, pues tu alma se desahogará con alguien que tiene el
tiempo y su oído presto para escucharte y el poder para hacer algo por ti.
Tercero. No te niegues la oportunidad de llorar ante Dios por tu
situación.
El Salmo 6:6 dice:
Me he consumido a fuerza de gemir;
todas las noches inundo de llanto mi lecho,
riego mi cama con mis lágrimas.
todas las noches inundo de llanto mi lecho,
riego mi cama con mis lágrimas.
Dios no rechaza tus
lágrimas producto de tu sinceridad y dolor. Podemos ser sinceros con Dios, pues
Él lo conoce todo.
Llora todo lo que
quieras ante Dios, hablando con Él o en silencio.
Deja que tus Lágrimas
corran por tu mejilla; Dios nos ha dado el Espíritu Santo quien es para
nosotros nuestro consolador y nuestro compañero en cualquier situación.
Llora, pero no llores
para siempre, seca tus lágrimas hasta que llegue la mañana.
Considera tus lágrimas
como un rocío sobre la mañana que llegará trayendo tu descanso.
Las lágrimas aclaran
los ojos para ver mejor a Dios en su gracia.
Hay quienes ridiculizan
tus oraciones llenas de lágrimas, pero Dios no.
Deja que tus sollozos se
apaguen pensando que el dolor es pasajero, pero el favor de Dios es para
siempre.
El Salmo 30:5 dice:
Porque un
momento será su ira,
Pero su favor dura toda la vida.
Por la noche durará el lloro,
Y a la mañana vendrá la alegría.
Pero su favor dura toda la vida.
Por la noche durará el lloro,
Y a la mañana vendrá la alegría.
Cuarto. Ten la seguridad de que Dios escucha tu oración, y en su
voluntad perfecta y en su inigualable sabiduría te dará una respuesta.
El Salmo 6:9 dice:
Jehová ha oído mi ruego;
Ha recibido Jehová mi oración.
Ha recibido Jehová mi oración.
El Salmo 38:15 dice:
Porque en
ti, oh Jehová, he esperado;
Tú responderás, Jehová Dios mío.
Tú responderás, Jehová Dios mío.
El Salmo 102:17 dice:
Habrá
considerado la oración de los desvalidos,
Y no habrá desechado el ruego de ellos.
Y no habrá desechado el ruego de ellos.
El Salmo 30:2 dice:
Jehová Dios
mío,
A ti clamé, y me sanaste.
A ti clamé, y me sanaste.
Todas estas palabras
deben darte seguridad de la respuesta y atención de Dios a lo que pides; quizás
dudes, pero ahoga tus dudas en la confianza que nos brinda la seguridad de sus Palabras.
Quinto. Dile con toda libertad que te sane.
El Salmo 6:2 dice:
Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy
enfermo;
Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.
Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.
Dile a Dios que te sane,
confiando en el poder del sacrificio de Cristo.
Isaías 53:5 dice:
Mas él herido fue por nuestras rebeliones,
molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su
llaga fuimos nosotros curados.
Dile que te sane,
confiando en el poder de su Palabra.
El Salmo 107:19-20 dice:
Pero
clamaron a Jehová en su angustia,
Y los libró de sus aflicciones.
107:20 Envió su palabra, y los sanó,
Y los libró de su ruina.
Y los libró de sus aflicciones.
107:20 Envió su palabra, y los sanó,
Y los libró de su ruina.
Dile que te sane, y
espera en Él.
Salmo 130:5 dice:
Esperé yo a
Jehová, esperó mi alma;
En su Palabra he esperado.
En su Palabra he esperado.
Dile que te sane y
fíate de quién es Él.
Salmo 102:11-13 dice:
Mis días
son como sombra que se va,
Y me he secado como la hierba.
102:12 Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre,
Y tu memoria de generación en generación.
102:13 Te levantarás y tendrás misericordia de Sion,
Porque es tiempo de tener misericordia de ella, porque el plazo ha llegado.
Y me he secado como la hierba.
102:12 Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre,
Y tu memoria de generación en generación.
102:13 Te levantarás y tendrás misericordia de Sion,
Porque es tiempo de tener misericordia de ella, porque el plazo ha llegado.
Dios es el mismo
siempre, misericordioso, amoroso y todopoderoso.
Dile que te sane,
confiando en que Él es sanador.
El Salmo 103:3 lo
confirma:
Él es quien
perdona todas tus iniquidades,
el que sana todas tus dolencias.
el que sana todas tus dolencias.
Éxodo 15: 26 también
nos lo recuerda dice:
…Porque yo soy Jehová
tu sanador.
Sexto. Dile a Dios que no te desampare.
El Salmo 38:21-22 dice:
No me
desampares, oh Jehová;
Dios mío, no te alejes de mí.
38:22 Apresúrate a ayudarme, Oh Señor, mi salvación.
Dios mío, no te alejes de mí.
38:22 Apresúrate a ayudarme, Oh Señor, mi salvación.
Dios no está tan lejos
como para no alcanzarlo, Él se inclina y escucha nuestras oraciones.
Si estás desalentado,
recuerda que Dios está cercano y ha prometido no dejarnos y no desampararnos.
Cuando ores, debes
saber que Dios no guarda rencor y no guarda nada en contra de ti y que, gracias
a Jesucristo, las líneas de comunicación con Dios están siempre abiertas.
Puedes decirle a Dios
lo siguiente:
No me desampares en
ningún momento de mi vida.
No me desampares en mi
tristeza para yo no murmurar contra ti.
No me desampares en el
día del arrepentimiento, a fin de no perder la esperanza de tu perdón.
No me desampares porque
sin ti soy débil, pero contigo soy fuerte.
No me desampares en
este momento, pues hay cientos de trampas y dolores a mi alrededor y necesito
tu ayuda.
No te alejes de mí,
porque la angustia está cerca. No me dejes ni me desampares, oh Dios de mi
salvación.
Séptimo. Confiesa tus pecados y confía en el perdón de Dios, pues
esto trae sanidad.
El Salmo 38:17-18 dice:
Pero yo
estoy a punto de caer,
Y mi dolor está delante de mí continuamente.
38:18 Por tanto, confesaré mi maldad,
Y me contristaré por mi pecado.
Y mi dolor está delante de mí continuamente.
38:18 Por tanto, confesaré mi maldad,
Y me contristaré por mi pecado.
Si has pecado contra
Dios, no te consideres inocente, declárate culpable e implora su perdón; y si
crees que gozas de una buena comunión con Él, ten paz y confía en lo que Él
está haciendo.
Dios ha dicho que Él es
nuestro sanador y esta es una promesa que sólo podría venir de la boca de Dios
y no de labios humanos; por esta razón podemos decir: Sáname oh Dios porque
estoy enfermo.
Aquel que hizo al
hombre, puede restaurarlo; aquel que es Creador de nuestra naturaleza, puede
hacerla de nuevo.
Dios no tiene límite de
poder, acercarte con el ojo ciego de tu entendimiento confundido; ve a Él con
el pie cojo del tiempo perdido; aproxímate a Él con tus manos cansadas, con tu
fiebre de un mal carácter y con el escalofrío del desaliento.
Acércate tal cual eres
y como estás que Él te puede sanar.
Todos los pacientes que
Nuestro Señor Jesucristo tuvo en el pasado fueron sanados y lo serán también en
el presente y futuro y tú estás entre ellos.
Haz conmigo esta
oración si estás enfermo:
Dios y Padre que estás
en los cielos, tú eres misericordioso y compasivo; me acerco a ti en el nombre
de Jesús, sáname.
Sáname por tu poder,
sáname porque tú eres fiel a tu Palabra; sáname por la obra perfecta de
Jesucristo. Sáname porque en ti hay paz, sáname porque tuyo es el poder y
puedes hacerlo. Sáname porque para ti nada es imposible; sáname porque tú eres
eterno, no cambias, eres el mismo ayer, hoy, y por todos los siglos.
Confieso mis faltas
delante de ti, confío en tu soberana voluntad y en tu perfecta sabiduría; me
declaro dependiente de ti Señor.
No me abandones, guarda
mi vida Señor; tú eres quien me libra de cualquier mal y de cualquier
enfermedad.
Confío en ti y espero
en ti.
Gracias oh padre Santo
en el nombre de Jesús. Amén.
MIRA EL VIDEO👇
“Dios está contigo, pídele su ayuda”
ResponderBorrar.
Si estas sobrellevando triste pena.
eso quiere decir, continuamente,
a través del tiempo perpetuamente
Dios está contigo, ve tu problema.
.
Él es VERBO fiel, te confortará,
abre puertas para ti, con amor
orquestando cosas en tu favor,
cede, su ayuda te bendecirá.
.
Sigue su dirección, sinceramente
persiste creyendo, Él es cristalino
Él disfruta la respuesta y se siente.
.
Él te llevara por el buen camino
o adversidad, este día presente
Él está trabajando en tu destino
.
.
Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano, OFS.
Guatemala, C. A.
Juan 14:6 - "Jesús dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino, por mi"