jueves, 4 de abril de 2019

¿Se compadece Dios de nuestras debilidades?

Todos tenemos debilidades, las encontramos en nuestra naturaleza humana por doquier, y aunque seamos hijos de Dios, no faltan las debilidades en nuestras vidas.

Cuando hablamos de debilidades, hablamos de aquellas áreas de nuestras vidas que aún carecen de fortaleza o de perfeccionamiento, ya sea a nivel de nuestro carácter, a nivel moral o a nivel sentimental.

Todos tenemos debilidades, pero la pregunta es: ¿Se compadece Dios de nuestra condición?

Los siguientes pasos te pueden ayudar a descubrir cuáles son tus debilidades.

Primero: Reconocerás tus debilidades, a medida que identifiques cuáles son aquellas cosas por las cuales fácilmente te sientes tentado.

Hay tentaciones a las que nos enfrentamos fortalecidos, de tal manera que no existe la posibilidad de que sedamos a ellas; pero también hay otras a las cuales sedemos con facilidad y es allí donde puedes aprender a identificar tus debilidades.

Segundo: Reconocerás tus debilidades, a medida que identifiques cuáles son aquellas situaciones que te son difíciles de sobrellevar.

Tercero: Identificarás tus debilidades, a medida que puedas ver cuáles son aquellas decisiones que no sólo te cuestan tomar, sino que después de tomadas te cuesta mantenerlas firmes.

Hay muchas personas que se desaniman al ver que están rodeadas de debilidades, otros al sentirse débiles piensan que Dios les rechazará por su condición.

Todos tenemos debilidades, y en esta ocasión quiero que sepas y entiendas que Dios no te rechazará por ello.
La Biblia dice que a los que aman a Dios todas las cosas que ayudan a bien; el Señor también nos deja ver a través de su Palabra que Él está con nosotros y que él manifiesta su poder por medio de nuestras debilidades.

Hebreos 4:14-16 dice:
4:14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
4:15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
4:16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

El texto enseña:

Primero: Que tenemos a Cristo como nuestro Sumo Sacerdote ante el Padre, dándonos a entender que Él es nuestro mediador.

Segundo: Jesús fue tentado en todo pero sin pecado, esto significa, que nuestro Señor sabe lo que es vivir como una naturaleza llena de debilidades, y por esta razón se compadece de nosotros.

Tercero: El texto enseña, que aunque nosotros llenos de debilidades y defectos, el Señor nos dice que podemos acercarnos a Él confiadamente y tener la plena seguridad de que hallaremos suficiente gracia divina para nosotros; además dice la Palabra de Dios en Romanos 8:26 lo siguiente:
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 

No puede ser más claro lo que dice la Palabra de Dios. Como hijos de Dios siempre contaremos con la ayuda divina en medio de nuestras debilidades.

2 Corintios 12:9-10 dice: 
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
12:10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. 

El texto declara una gran verdad: Nuestras debilidades son el lugar de trabajo de Dios en nosotros donde perfecciona su poder.

Cuando sintamos que nos hacen falta fuerzas para continuar, debemos aferrarnos a la suficiente gracia de Dios.
La incomparable gracia de Dios, siempre nos debe ser suficiente aunque estemos rodeados de debilidades.

Por último Joel 3:10 dice:
Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy. 

Esto significa, que no debemos sentir conmiseración de nosotros mismos a causa de nuestras debilidades, pues Dios perfecciona su poder por medio de ellas en cada uno de nosotros.

Si te sientes débil, debes saber que no es el final, más bien, puede ser un gran comienzo.

Filipenses 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. 

 La intención de este ejemplar en formato PDF es que sirva para tu propio uso, o para que lo compartas con amigos que tengan interés.
No debe ser vendido o usado con fines lucrativos.

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