¿Alguna vez te has
enfermado? ¿Estás enfermo? ¿Sabes por qué?
¿Crees que hay alguna
buena razón, un buen propósito en medio de tu enfermedad?
El propósito de este
mensaje, es que conozcamos algunas razones por las cuales Dios permitió algunas
enfermedades a personas en la Biblia.
Científicamente hoy
está descubierto la causa o la razón del por qué la mayoría de las enfermedades,
pero algunas enfermedades todavía siguen siendo extrañas aún para la ciencia.
Para aquellos que las
padecen, las enfermedades normalmente resultan en algo que trae dolor,
tristeza, desanimo, desconsuelo, depresión, aflicción y desesperanza.
Aparte de lo que
considera el mundo como causante de las enfermedades, tenemos lo que dice la Palabra
de Dios.
La Biblia nos enseña
que las enfermedades también pueden aparecer debido a la esclavitud de
corrupción a la cual se encuentra sujeto nuestro cuerpo; en otras palabras,
este cuerpo día tras día tiende a envejecerse, tiende a deteriorarse y tiende a
dañarse.
Leamos Romanos 8:21-23
Porque
también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la
libertad gloriosa de los hijos de Dios.
8:22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;
8:23 y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.
8:22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;
8:23 y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.
La Biblia también
enseña que las enfermedades aparecen debido al pecado; para esto leeré el
siguiente texto que enseña que al pecar, nuestro cuerpo también lleva las
consecuencias.
1 Corintios 6:18
Huid
de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del
cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.
Personalmente creo,
que el pecado y específicamente el de la fornicación, termina siendo una de las
principales razones por la cual aparecen tantas enfermedades.
Hay muchos que no lo
creen, pero debo mencionar que hay enfermedades que pueden aparecer debido a
espíritus malignos; según lo enseña la Palabra de Dios en Lucas 13:10-12 dice:
13:10
Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo;
13:11 y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar.
13:12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad.
13:11 y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar.
13:12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad.
Este pasaje ratifica
que muchas enfermedades también pueden aparecer debido a espíritus malignos.
Ahora bien, así como
Dios no puede ser tentado por el mal ni él tienta a nadie; también debemos
decir que las enfermedades no salen de Dios, pero si se apoya en ellas para
hablarnos, enseñarnos, corregirnos, manifestar su inmenso poder y acercarnos a
Él. Lo cual lo veremos a través de los siguientes 7 ejemplos Bíblicos.
El ejemplo número 1 lo
encontramos en Juan 11:1-4 dice:
11:1
Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de
Marta su hermana.
11:2 (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos.)
11:3 Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo.
11:4 Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
11:2 (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos.)
11:3 Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo.
11:4 Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
No es que Dios no nos
ame, él nos ama y amaba Lázaro; pero le permitió una enfermedad, para luego
mostrar su gran poder y para glorificarse a través de ella. Este puede ser tu
caso.
Ejemplo número 2. Para
ello leamos Juan 9:1-3 dice:
9:1
Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.
9:2 Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?
9:3 Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.
9:2 Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?
9:3 Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.
Este hombre no había
nacido ciego por causa de sus pecados y tampoco por causa de los pecados
generacionales; sino que era una enfermedad permitida por Dios para que en él
se evidenciaran las grandes cosas que Dios puede hacer.
Este puede ser tu caso.
Ejemplo número 3. Para
ello vamos a leer en el Evangelio de Lucas 8:43-44 dice:
8:43
Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que
había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser
curada,
8:44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre.
8:44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre.
Dios permite
enfermedades para acercarnos a él, como lo hizo con esta mujer; justo en el
momento cuando ella había gastado todo lo que tenía y no había esperanza en
ella, volteó su mirada a Jesucristo el Hijo de Dios, se acercó, le tocó y
recibió su milagro.
Este puede ser tu
caso.
Ejemplo número 4. Leamos
Lucas 1:19-20 dice:
1:19
Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he
sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.
1:20 Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.
1:20 Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.
La enfermedad del
sacerdote Zacarías, fue una enfermedad permitida por Dios por no creer en las
palabras del ángel Gabriel, quien le decía que a pesar de la esterilidad de su
esposa Elizabeth iban a tener un hijo al cual llamaría Juan.
Una enfermedad
permitida por Dios por causa de la incredulidad y para corrección y
amonestación.
Este puede ser tu
caso.
Ejemplo número 5.
Leamos en 2 Corintios 12:7-9 y luego leeremos también Gálatas 4:13 dice:
12:7
Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me
fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para
que no me enaltezca sobremanera;
12:8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.
12:9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
12:8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.
12:9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
La interpretación más
acertada acerca de qué era en sí el aguijón del apóstol Pablo en su carne o en
su cuerpo es que era una enfermedad.
¿Cuál fue la razón
por la cual Dios le permitió este aguijón en su carne?
El texto es muy claro.
El apóstol Pablo había recibido revelaciones Divinas, lo cual podía producir en
él una tendencia a enorgullecerse o a envanecerse. ¿Qué hace Dios?
Le permitió este
aguijón para que no se exaltase desmedidamente. En muchas ocasiones, Dios puede
permitir alguna enfermedad para que nosotros siempre permanezcamos con los pies
puestos sobre la tierra; es decir, para que siempre reconozcamos que dependemos
de Dios y para que debido a las cosas que Dios nos ha dado no nos vayamos a
enorgullecer y a caer en vanagloria.
Este puede ser tu
caso.
Gálatas 4:13 dice:
4:13
Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el
evangelio al principio;
Fue a causa de una
enfermedad que el apóstol Pablo llegó a Galacia y predicó el Evangelio allí y
muchos terminaron creyendo.
Ejemplo número 6. Leamos
en el libro de Job 2:4-10
2:2 Y
dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondió Satanás a Jehová, y dijo: De
rodear la tierra, y de andar por ella.
2:3 Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa?
2:4 Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida.
2:5 Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.
2:6 Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.
2:7 Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza.
2:8 Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza.
2:9 Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.
2:10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
2:3 Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa?
2:4 Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida.
2:5 Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.
2:6 Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.
2:7 Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza.
2:8 Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza.
2:9 Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.
2:10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
Al permitirle Dios
una terrible enfermedad a Job, lo hizo con los siguientes propósitos:
Primero: Confirmar su integridad delante del enemigo.
Segundo: Probar a los que le rodeaban, incluyendo
sus amigos y familia.
Tercero: Promover a Job a un mayor conocimiento de
Dios a través de la experiencia vivida.
Este puede ser tu
caso.
Ejemplo número 7.
Leamos 2 Corintios 11:29 dice:
11:29
¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me
indigno?
Las enfermedades
también son permitidas por Dios, no solamente teniendo en cuenta a la persona
directamente involucrada; sino también con el propósito de acercar familias,
estimular nuestro amor por los demás, mostrar compasión por los demás y
llevarnos a tal punto en que no pensemos solamente en nosotros, sino también en
aquel que sufre a nuestro lado.
No te aferres sólo a
lo negativo, y no permitas que el dolor, la tristeza, la aflicción y la
desesperanza que produce la enfermedad que padeces te nublen los ojos de la fe,
para no permitirte ver que Dios permitió esa enfermedad; pero Dios la permitió,
no para matarte, no para destruirte, sino con un propósito.
Te he dejado siete
ejemplos para que los examines y trates de hallar una similitud en tu caso.
Recuerda que Dios es
el que tiene la última palabra
Dios te bendiga
La intención de este
ejemplar en formato PDF es que sirva para tu propio uso, o para que lo
compartas con amigos que tengan interés.
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Gracias por esta publicación.
ResponderBorrarEstaba yo confundida y me fue muy util.Que Diós los bendiga grandemente.
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