Te quiero preguntar ¿Te
preocupas por los que están enfermos?
¿Sientes compasión
por ellos?
¿Crees que Dios les
puede sanar y sientes que debes orar por ellos?
La Biblia dice que la
oración eficaz del justo puede mucho, pero así como hay una oración eficaz que
puede resultar en la sanidad del enfermo, también hay oraciones ineficaces.
Sin duda alguna, las
enfermedades son de las cosas que más entristecen y afligen el corazón del
hombre.
Quien está enfermo,
no solamente debe lidiar con el dolor físico, sino también, con la aflicción
que trae la enfermedad consigo. Pero como Dios no es indiferente al dolor ni al
sufrimiento del hombre, como en todo, también en las enfermedades nos ha dado
salida.
Mateo 14:14 dice:
Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de
ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos.
Hebreos 13:8 dice:
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
Todo enfermo necesita
ayuda y a todo enfermo se le debe prestar ayuda.
La mayoría cuando
enfermamos, lo primero que hacemos es acudir al médico o a la farmacia más
cercana en busca de ayuda para la enfermedad, pero ¿qué dice la Biblia?
Santiago 5:14 - 16
dice:
¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de
la Iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.
Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.
Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.
Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
Hagamos la siguiente
pregunta:
¿Qué debe hacer una
persona enferma?
La Biblia es muy
clara en cuanto a esto. Lo que debe hacer una persona enferma es: Pedir ayuda.
Te preguntarás ¿pedir
ayuda a quién?
La Biblia nos acaba
de decir lo siguiente: Llame a los ancianos de la
iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.
La voluntad de Dios
es que hayan personas dentro de su pueblo que estén dispuestas a orar por los
enfermos y que cumplan con los siguientes tres requisitos Bíblicos para hacerlo.
1.
Si
oras por sanidad en un enfermo debes hacerlo con fe, en el nombre de Jesús.
Aunque podemos usar
aceite para ungir al enfermo siempre y cuando esto sea posible para simbolizar
la acción del Espíritu Santo sobre él, es la oración que se hace con fe la que
servirá para la sanidad del enfermo.
Como lo dice el
versículo 15: La oración de fe salvará al enfermo y el Señor lo
levantará y si hubiere cometido pecados le serán perdonados.
Además, Santiago
1:6-7 dice: Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante
a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a
otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.
La oración por
sanidad debe fluir de una vida de fe. De alguien que cree la Palabra de Dios.
Si vas a orar por un
enfermo y no crees que Dios contesta las oraciones, lo estás haciendo de manera
incorrecta.
La oración de fe se
basa en las promesas de Dios.
Te preguntarás ¿pero qué
se necesita para orar con fe?
Necesitamos estar en
la Palabra de Dios constantemente, leyéndola, escuchando a Dios, dejando que Él
nos recuerde sus promesas y sus verdades.
Para hacer una
oración de fe necesitamos creer sin vacilar la Palabra de Dios.
2.
Si
oras por sanidad en un enfermo, debes tratar con el pecado.
Si eres quien va a orar,
debes afrontar el pecado en tu vida.
Santiago 5:16 en la
primera parte dice: ...confesaos vuestras ofensas unos a otros
y oren unos por otros para que seáis sanados.
Debes saber que el
pecado es una barrera a las bendiciones de Dios y a la sanidad de Dios.
La oración eficaz,
debe proceder de un corazón limpio y libre de pecado.
La persona por quien
vas a orar debe afrontar el pecado en su vida.
No significa que todo
el que esté enfermo está viviendo en pecado, pero si no afrontamos el pecado es
difícil que llegue la sanidad.
Debes entender que el
pecado es enemigo de Dios, enemigo de tu salud, enemigo de tu felicidad y
enemigo de tu vida.
Al tratar con el
pecado trataremos con la causa, pues la enfermedad es muchas veces sólo el
efecto.
Reconozcámoslo,
pidamos perdón y apartemos de el.
3. La oración por sanidad debe hacerla
una persona justa, un hombre o una
mujer justa.
Santiago 5:16 en su
segunda parte dice: …la oración eficaz del justo puede mucho.
Ahora respondamos la
siguiente pregunta: ¿quién es una persona justa?
Son personas sabias,
comprometidas con el Señor Jesucristo. Su estilo de vida es la obediencia a
Dios.
No son perfectos,
pero desean andar delante de Dios en obediencia y haciendo su voluntad.
Escucha bien lo que
te diré: Cuando alguien te dice: ora por mí, acaba de expresar confianza en ti.
Acaba de expresar
confianza en tu relación con Dios.
Acaba de expresar
confianza en como andas delante de Él.
Y acaba de expresar
confianza en tu capacidad de comunicar el problema de ellos a Dios.
Debemos llegar al
punto en que el enfermo piense de nosotros lo siguiente:
Lo llamaré a él o a
ella, porque sé que orará con fe, su corazón es limpio, lleva una vida de
obediencia y creo que Dios le escuchara lo que pide.
Esto es una gran
responsabilidad.
Seamos personas de
fe, con un corazón limpio y una vida justa. Viviendo así no te alcanzarás a
imaginar como Dios te usará.
La intención de este
ejemplar en formato PDF es que sirva para tu propio uso, o para que lo
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