No os afanéis y no os
preocupéis dice el Señor.
¿Qué cosas de la vida
te causan preocupación y ansiedad?
¿Estas afanado y
preocupado en este momento?
Preocupación, es un
estado de desasosiego, temor y ansiedad. Es un estado de gran inquietud y
extrema inseguridad.
La voluntad perfecta
de Dios, es que vivamos libres de toda preocupación y ansiedad; pero todos
nosotros nos hemos visto envueltos en momentos de extrema preocupación y
ansiedad y lo más probable es que en estos momentos estés afanado y estés
viviendo un momento de profunda ansiedad.
Generalmente nuestras
preocupaciones se centran en aspectos básicos de la vida tales como: Que comeremos,
que vestiremos, donde viviremos, quien irá a ser mi esposo, mi esposa, con
quien me casaré, que será de mi vida en el mañana.
¿Has pensado en los
efectos negativos que trae a tu vida la preocupación y la ansiedad?
La preocupación y la
ansiedad dañan tu salud, nubla nuestra mente, hacen que disminuya tu
productividad en tu trabajo, en el estudio, en el hogar y en la obra de Dios.
Afecta tu buen trato
a los demás, afecta tu fe y la capacidad de confiar en Dios.
Perturba el gozo del
Señor en nuestras vidas, la paz espiritual, el sueño reparador y no nos permite
disfrutar de las bendiciones de Dios.
¿Qué es lo que
provoca que estemos preocupados y ansiosos?
El factor
determinante en todo esto es nuestra fe y nuestra confianza en Dios.
Nos angustiamos y nos
preocupamos porque nos cuesta creer que Dios hará lo que ha dicho.
Nos preocupamos y nos
angustiamos, porque nos hemos convencido que somos nosotros los que estamos a
cargo de nuestras vidas.
Pensar y ocuparse en
las cosas de la vida y trabajar es algo Bíblico, el problema en medio de todo
esto es que nos convirtamos en presa fácil de la depresión, de la ansiedad y de
la preocupación.
Pero ¿Qué nos dice el
Señor Jesús acerca de este tema?
Mateo Cap. 5:25-30
dice:
25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué
habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de
vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el
vestido?
26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni
recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis
vosotros mucho más que ellas?
27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir
a su estatura un codo?
28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los
lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;
29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su
gloria se vistió así como uno de ellos.
30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en
el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
En otras palabras, no
se preocupen por el futuro.
El Señor nos dice
estas cosas en base a que el amor de Dios es grande y demasiado grande por
nosotros.
Si Él es tu Dios y
está contigo, Él está cargo de todas las cosas, Él es nuestro proveedor y él
cuida de nosotros.
1 Pedro 5:6-7 dice:
6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que
él os exalte cuando fuere tiempo; 7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene
cuidado de vosotros.
Él sabe que tenemos
necesidad de todas las cosas.
La Palabra de Dios
dice que aun todos los cabellos de vuestra cabeza están contados, las manos de
Dios son las mejores manos.
El Señor nos enseña
que no nos preocupemos y que no nos afanemos, ya que Él es quien conoce el
futuro y Él es quien lo ha ordenado en nuestras vidas de tal manera que todas
las cosas nos ayuden para bien.
Dios quiere que nos
ocupemos más bien en lo celestial que en lo terrenal, por tal razón nos
garantiza lo terrenal.
Él sustenta toda la
creación y nosotros somos lo más preciado dentro de ella.
El estar ansioso es
como correr sobre una máquina de hacer ejercicio, por más rápido que corras,
siempre estarás en el mismo lugar; puedes esforzarte lo que quieras, siempre
estarás en el mismo lugar.
Cuando estamos afanados
y preocupados, comenzamos a hacer cualquier cantidad de cosas sin tener ninguna
dirección, sin saber hacia dónde vamos y hay una sola manera de avanzar: bájate
de esa máquina y reconoce que el Señor puede encargarse de todas tus
necesidades, pues él sabe de qué cosas tenemos necesidad antes que nosotros le
pidamos.
Respondamos esta
pregunta ¿Cómo es vivir confiando en Dios?
Vivir confiando en
Dios, es vivir como las aves del cielo que viven alegres y confiadas que Dios
siempre le suplirá aunque no trabajen ni recogen en graneros.
Vivir confiados, es
dejar de redoblar esfuerzos para cumplir con las exigencias de los demás, es
dejar de prevenir un desastre incierto, ya que Dios es quien tiene el control
de todo.
Vivir confiando en
Dios, es dejar de planificar el mañana apoyándonos en nuestras inseguridades y
preocupaciones, más bien ocúpate del presente y deja todo en las manos de Dios.
Si en este momento
estás atrapado en ansiedades y preocupaciones, aférrate a las promesas de Dios,
ora fervientemente a Dios, apaga toda duda con la verdad de la Palabra de Dios
y recuerda siempre que Dios no olvida los que dependen de Él.
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