miércoles, 6 de febrero de 2019

Como descubrir tus dones y tu llamado de parte de Dios

¿Cómo se ha que Dios me ha llamado?
¿Qué es lo que Dios quiere que yo haga?
¿Qué ministerio y que don Dios me ha entregado?

Estas son preguntas que en algún momento de nuestras vidas como creyentes nos hacemos.

En ocasiones pasa y pasa el tiempo y no descubrimos a que Dios nos ha llamado, que don tengo en mi vida como cristiano y en que me debo desempeñar.

Una cosa es saber que somos hijos de Dios, pero otra cosa es descubrir cuál es mi función en el cuerpo de Cristo.

Espiritualmente hablando, cada creyente hace parte del cuerpo de Cristo, cada uno de nosotros tiene una función en ese cuerpo. No hay ningúno inútil, cada uno tiene su función específica y una de las cosas importantes en la vida es descubrir el lugar donde Dios me ha puesto para que funcione allí.

Dios a través de su Espíritu Santo repartió dones, ministerios y operaciones a cada creyente: A unos constituyo Apóstoles, a otros Profetas, a otros Maestros, a otros Pastores, y a otros Evangelistas.

A unos dio palabra de sabiduría, a otros palabra de ciencia, a otros fe, a otros hacer milagros, a otros dones de sanidad, a otros profecía, a otros discernimiento de espíritu, a algunos diversos géneros de lenguas, a otros interpretación de lenguas.

Dios pone a los que ayudan, a los que administran, a los que sirven, a los que enseñan, a los que exhortan, a los que reparten, a los que presiden, a los que hacen misericordia, a los que interceden.

Todo lo mencionado hace parte de una gran lista de dones, operaciones y ministerios que Dios ha entregado a cada uno de sus hijos. Todo esto Dios lo ha repartido en el cuerpo de creyentes en el cual nos encontramos tu y yo, por lo tanto, tienes algún llamado al ministerio, o tienes algún don, o tienes alguna capacidad espiritual para que la pongas en función de la edificación del cuerpo de Cristo.

Dios cada cosa la reparte como Él quiere, con el firme propósito de que seamos edificados, que edifiquemos a otros, que seamos luz y sal de la tierra.

Pero ¿Cómo descubro cuál es mi función?

¿Qué dones tengo y que tipo de llamado tengo en el Señor?

Tres cosas te ayudarán a saberlo:

1.               Descubrirás cuál es tu llamado o cuál es tu don, cuando examines qué es lo que te produce preocupación. No esa preocupación producto de nuestra desconfianza de Dios, te hablo de aquella preocupación que es producto de saber que hay necesidades y que es necesario hacer algo.
Por ejemplo, te preocupa la condición de las personas sin Cristo, te preocupan las personas que están enfermas, te preocupas y sientes compasión por las personas que están presas de los vicios de este mundo, te preocupa la situación de la Iglesia sobre la tierra, sientes preocupación por la niñez, por la juventud, por los adultos, por los matrimonios, por las familias, por los hogares, te preocupan aquellos que se alejan de Dios, te preocupas al ver la falta de oración. A medida que descubras el foco de tu preocupación y sientas la necesidad de hacer algo al respecto, descubrirás que Dios te está llamando a obrar.

Al sentir la necesidad de actuar, deberás saber que Dios te está moviendo a hacerlo. Sin ves una necesidad haz algo para que sea suplida.
Identifica lo que te trae preocupación en la Iglesia, en el mundo y en lo que te rodea.

2.              Descubrirás cuál es tu llamado, cuando sepas qué es lo que te produce una profunda pasión, qué es lo que te mueve, qué es aquello a lo que estarías dispuesto a entregar toda tu vida, todos tus pensamientos y todas tus fuerzas.

Al Evangelista le apasiona el evangelismo, al Pastor cuidar de sus ovejas, al Maestro la enseñanza, al Intercesor llorar en el altar de Dios en oración, al que ayuda a ayudar, al que lidera dirigir.

Descubre lo que te apasiona, entrégate a ello porque es allí donde Dios te llamado a funcionar. La pasión del Señor fue salvarnos y por esa razón se entregó en la Cruz del calvario por nosotros.

3.               Lo tercero que te ayudará a descubrir tu don o tu llamado, es la evidencia de la capacidad. Cada creyente como miembro tiene una función en el cuerpo de Cristo y a cada uno Dios le ha dado lo necesario para que funcione el 100%.
Si Dios te ha llamado, Él te dará todo lo que necesitas.

Cada operación y cada don funcionan a través del poder del Espíritu Santo, sólo somos instrumentos en las manos de Dios, somos sólo vasos a quien Dios llena para derramarse a este mundo. Como cuerpo de Cristo, somos la expresión del Señor aquí en la tierra.

Estas 3 cosas deben ayudarte a descubrir cuál es el lugar donde Dios te apuesto, cuáles son tus dones y a que Dios te ha llamado. Si ya lo sabes, da fruto al ciento por uno, sirve a Dios con amor y entrégate todo a Él.

No dejes pasar el tiempo, es un privilegio servir a Dios, permite que el Espíritu Santo de Dios obre a través de ti, deja que otros puedan ver el amor de Dios reflejado en tu vida.

Levanta la mano al cielo y dile al Señor: Heme aquí envíame a mí.

Sea donde sea, sea haciendo lo que sea, si estás haciendo lo que Dios te ha llamado a hacer, si estás poniendo en función tus dones, eres útil en las manos de Dios, crecerás, edificarás a otros y agradarás a Dios.

Gracias te damos Señor porque hoy somos el reflejo de tu gracia y de tu inmenso amor.

La intención de este ejemplar en formato PDF es que sirva para tu propio uso, o para que lo compartas con amigos que tengan interés.
No debe ser vendido o usado con fines lucrativos.


Oidores y Hacedores

DESCARGAR PDF

MIRA EL VIDEO👇



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

El versículo que debes conocer si le has fallado a Dios

Ministerio Oidores & Hacedores Por el pastor: Jaiver Caro El versículo que debes conocer si le has fallado a Dios Dios te be...