lunes, 23 de diciembre de 2019

Para ti, si tu pareja te ha sido infiel.


Ministerio Oidores & Hacedores
Por el pastor: Jaiver Caro

Para ti, si tu pareja te ha sido infiel.

Dios te bendiga grandemente.

Isaías capítulo 54 versículos 5 – 8 dice:
Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado.
54:6 Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo.
54:7 Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias.
54:8 Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor.

Nos pasan cosas en la vida que nunca imaginamos
que nos podrían pasar.
Nos enamoramos, nos casamos y nos juntamos,
y lo último que se nos pasó por la cabeza, fue que esa
persona que nos juró y nos prometió tanto amor,
nos fuera a engañar.

Nunca lo pensamos, no lo esperábamos, pero pasó y ahora estamos aquí llenos de dolor, de confusión y sin aún poderlo superar. Con deseos de que no te duela más y con la expectativa de que las cosas pueden ser mejor que antes y hay que decirlo, otros profundamente perdidos no saben qué decisión tomar.

Quédate escuchando, porque sé que este mensaje te ayudará.

La infidelidad conyugal o el engaño se produce cuando uno de los conyugues entabla una relación sentimental, amorosa y sexual con alguien diferente a su pareja.

Hay un número de razones para la infidelidad y el adulterio; puede ser la necesidad de estar conectados emocionalmente, la necesidad de sentirse amados, necesitados y atendidos; y aunque lo ideal es que esto sea suplido mediante una relación conyugal, cuando no se obtiene, quien se siente insatisfecho termina buscando en otros lados satisfacción. Pero, aunque esto sea al parecer justificable, la realidad es que cuando somos infieles y caemos en adulterio, ha sido porque hemos caído bajo el engaño del pecado y hemos obedecido a nuestras concupiscencias y sin importar hemos faltado al juramento y hemos cometido alta traición.

Hebreos capítulo 3 versículos 13 dice:
Antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.

Santiago capítulo 1 versículos 14 -15 dice:
Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.

La infidelidad te expone a sentirte vulnerable. El violar la confianza es algo devastador para el individuo y para el matrimonio.

La infidelidad es la traición de la confianza, es romper una promesa, es destruir la seguridad y la ruptura de una unión.

Llegada a la infidelidad, aparece la mentira, lo que hace imposible saber cuándo un arrepentimiento es real, ya que muchas veces al pedir perdón, al mismo tiempo se está pensando en seguir haciendo lo mismo.

En una situación de esta, aparece el deseo de una separación definitiva, pero a la vez el deseo se conserva de que la relación sea restaurada.

Que te hayan sido infiel produce especialmente un profundo dolor, a veces el dolor es tan grande que impide que la persona se desempeñe correctamente y en algunos casos, puede resultar en un colapso mental e incluso en un deseo de cometer suicidio.

En una situación de esta, la mayoría piensa que Dios se ha desentendido de ellos y no creen que Dios tenga idea de lo que se siente. Pero escúchame bien, Jeremías capítulo 3 versículo 20 dice:
Pero como la esposa infiel abandona a su compañero, así prevaricasteis contra mí, oh casa de Israel, dice Jehová.

A través de la historia, no sólo ha sido una, sino muchas veces en las que hemos sido infieles a Dios. Corremos detrás del mundo, los placeres de esta vida y de los engaños de Satanás.

Dios experimenta nuestra infidelidad y si tú has experimentado el abandono, eso te lleva a conocer un poco el dolor que Dios experimenta cada vez que uno de sus hijos abandona su gran amor por el gran placer que el mundo puede ofrecer.

Jesús conoce el rechazo y experimentó el dolor de la traición por mano de uno cercano que le seguía. Todos conocemos la historia de Judas y por esta razón, dice la Biblia que Cristo puede compadecerse de nuestras debilidades.

Muchos también se preguntan y dicen:

¿Ahora qué hago?

La respuesta a esta pregunta la dividiré en dos:

Primero, lo que debes hacer a nivel personal y segundo, lo que debes hacer si conservas la esperanza de una restauración de tu relación matrimonio y hogar.

Todo lo que inicialmente debes hacer si te han sido infiel es de índole personal.
El mundo presenta diferentes maneras de calmar el dolor: tomar antidepresivos, escribir una carta de dolor y luego romperla, ir de compras y un montón de cosas más.

La mayoría afirma que la cura común es el tiempo y aunque la intensidad del sufrimiento pueda desvanecerse con el tiempo, sólo quien lo haga dependiendo de Dios podrá experimentar una restauración completa, ya que solamente un creyente tiene acceso al poder del Espíritu de Dios que es quien sana a los quebrantados de corazón y venda las heridas.
El Salmo 147 versículo 3 dice:
El sana a los quebrantados de corazón,
Y venda sus heridas.

En este proceso personal, debes resolver pronto el dilema de si perdonar o no perdonar y bien claro es que, aunque sea doloroso, debemos perdonar.

A continuación, te daré varias razones acerca del por qué perdonar; aunque perdonar no signifique volver de inmediato con tu cónyuge.

PRIMERO. Debes eximir de la culpa o perdonar, porque esto te traerá paz a ti mismo.

SEGUNDO. Debes perdonar, ya que, si hay hijos de por medio, ellos necesitan a alguien sano emocionalmente para guiarles y protegerles.

TERCERO. Debemos perdonar, porque siendo infieles, Dios nos ha perdonado con amor.

Perdonar es importante para el proceso de sanidad. Aferrarnos a la amargura o alimentar el rencor, solo envenena mucho más el corazón.

La ofensa pudo haber sido real, el dolor también, pero en el perdón hay libertad y es un regalo que podemos dar gracias a que es un regalo que Dios ya nos ha dado.

Para enfrentar una infidelidad de manera personal, debes estar en la Palabra de Dios para enfocarte en Él y para descubrir cómo Él puede ayudarte en medio de esta situación y mientras la lees, ora junto con la palabra de Dios y verás como Dios consuela tu alma.

También debes conectarte con una iglesia local para que sepas cómo, dónde y cuándo obtener ayuda; te aseguro que a alguien Dios pondrá a tu lado para ayudarte a superar lo que vives.

Si ves que no puede solo o sola, no trates de intentarlo por ti mismo; pide ayuda a alguien temeroso o temerosa de Dios y amante de su Palabra.

Debes tratar de recuperar la alegría. Pero tú dirás ¿En qué podría alegrarme?

Recuerda que tu vida no debe girar en torno a tu pareja; si tienes hijos, ellos pueden convertirse en una buena razón para seguir adelante; tu empresa, tu trabajo, el resto de tu familia y Dios mismo; y si miras bien, hay muchas razones para animarte y seguir adelante.

Mientras lidiamos con el dolor de una infidelidad, debemos llevar vuestras cargas al Señor Jesucristo.
1 Pedro capítulo 5 versículo 7 dice:
Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

Debes pensar que las decepciones y el fracaso no nos definen, tampoco el rechazo de los demás; nos define nuestra relación con Dios quien a través de Jesucristo nos recibe como hijos.

En medio de una infidelidad, debemos pensar en la fidelidad de Dios, quien es siempre fiel y nunca traiciona.
2 Timoteo capítulo 2 versículo 13 dice:
Si fuéremos infieles, él permanece fiel; 
Él no puede negarse a sí mismo.

Dios quiere que sigas creciendo a pesar del abandono de tu pareja. No puedes morirte mientras esperas que vuelva. crece y vuélvete mucho más dependiente de Dios.

Debes dejar de enojarte con Dios, Él es soberano y lo sabe todo. Descansa en Él y piensa en que aún esta situación es algo que Dios puede usar para el bien de tu vida.

Satanás quiere verte destruido en esta situación, pero si buscas a Dios con todo tu corazón, alma y fuerza, el plan del enemigo se verá frustrado.

Son muchos los pensamientos negativos que aparecen en medio de esta situación, pero debemos esforzarnos para no perder de vista que el plan de Dios para nuestras vidas sigue firme pese a lo que ha pasado.

A continuación, hablaremos de algunas cosas que debes hacer después de haber vivido una infidelidad si conservas la esperanza de una restauración de tu familia matrimonio relación y hogar.

Lo primero que debemos hacer, es creer, y esto es lo más difícil, ya que nos cuesta pensar que las cosas pueden mejorar o Dios es bueno e incluso en medio del sufrimiento para hacer algo por nuestra relación.

Es difícil creer que la alegría volverá, que Dios perdonará y restaurada; pero, aunque el sufrimiento es duro, lo mejor es que todo pase y que se haga conforme a la voluntad de Dios.

Una infidelidad no es el final. Sin embargo, volver requiere trabajar seriamente sobre la confianza y el compromiso. hay que comprometerse con el problema, identificando las debilidades y corrigiendo los errores; sólo así se puede salir de todo este proceso con un matrimonio feliz.

Toda infidelidad es pecado y como cualquier pecado, Dios lo puede perdonar. Si Dios perdona, el cónyuge traicionado debe perdonar. Perdonar y seguir adelante no es fácil; el camino a la restauración puede ser largo y doloroso, sin embargo, la gracia de Dios siempre es suficiente en todo este proceso.

La infidelidad de tu pareja no debe ser la excusa perfecta para ir a entablar otra relación de inmediato; si amas a tu pareja, debes anhelar una restauración; debes no escatimar esfuerzos y agotar todos los recursos hasta lograrlo.

Dios no nos niega segundas oportunidades cuando hay un arrepentimiento sincero.

Debe haber siempre primero una restauración personal, para que el proceso a una restauración familiar de la mano de Dios sea exitosa y duradera.

Para terminar, quiero responder la siguiente pregunta:

¿Puede Dios usar para bien la infidelidad de tu pareja?

Es cierto que estamos unidos a nuestro cónyuge, y cuando nuestro cónyuge falla, tendemos a hacer de esa persona el centro de nuestra fe; ya no caminas con Dios porque le amas, sino porque tu vida se convierte sólo en una campaña desesperada para recuperar a tu pareja y si no hay una respuesta a tus oraciones, te ves tentado a dudar.

Cuando esto sucede, termina reflejándose la realidad de nuestra relación con Dios. Ahora bien, Dios no nos expone para avergonzarnos, sino para corregirnos y para que volvamos a Él de todo nuestro corazón.

Por la gracia de Dios, esperar por la restauración de tu hogar puede fortalecer tu fe.

Los eventos de dolor que vivas por causa de una infidelidad, pueden llevarte a fortalecer tu relación con Dios para no volver atrás.

Todo lo que serías capaz de hacer por la restauración de tu hogar, aunque no de manera plena, logra reflejar el amor constante e inmerecido de Dios para que regresemos a Él.

Debes ver oportunidades en medio de la desesperación; quizás tu vida giraba en torno a tu pareja y te perdiste de mucho más y se te olvido que para ser dignos discípulos de Cristo no podemos amar a nuestro conyugue más que a Dios.

Quizás habías edificado mal y por eso tu relación se cayó. huy debes aprovechar la oportunidad para considerar los posibles errores e intentarlo si Dios lo permite de mejor manera.

No dejes pasar esta oportunidad, encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él, y Él hará.

Oro a Dios para que este mensaje llegue a todo aquel que lo necesite.

Dios te bendiga grandemente.

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