lunes, 23 de diciembre de 2019

Así debes orar por todas tus necesidades.


Ministerio Oidores & Hacedores
Por el pastor: Jaiver Caro

Así debes orar por todas tus necesidades.

Dios te bendiga grandemente

Filipenses capítulo 4 versículos 19 dice:
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Todo mundo tiene necesidades en la vida, las cuales pueden ser de diferente índole, algunas materiales o físicas y otras emocionales y espirituales y generalmente cuando aparecen las necesidades, también aparece la preocupación y la ansiedad.

Te quiero preguntar ¿Cuándo tienes necesidades, a dónde acudes?

Muchos buscamos respuestas en lugares y personas que no logran hacer nada por nosotros.

Muchos son los caminos engañosos que prometen suplir nuestras necesidades, pero a ciencia cierta, nada pueden hacer por nosotros.

Siempre estamos tratando de suplir nuestras necesidades y comúnmente hay muchas que con urgencia necesitan ser suplidas; pero si hay algo que debemos saber, es que hay alguien interesado y comprometido en ayudarnos y suplirnos y existe un lugar donde siempre podemos encontrar pronto socorro y oportuna misericordia los cuales son: Dios y su trono de gracia.

En este mensaje aprenderás a dónde acudir y cómo hacerlo si tienes necesidades que necesitan ser suplidas.

Primero que todo, necesitamos acudir a alguien quien realmente sepa lo que necesitamos.

Hebreos capítulo 4 versículos 13 dice:
Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.

El Evangelio de Mateo capítulo 6 versículos 32 dice:
Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.

Dios tiene el poder y la capacidad de conocernos, pues Él nos hizo y conoce plenamente de que cosas realmente tenemos necesidad y no solamente las conoce, sino que también desea suplirlas.

Dios conoce realmente nuestras necesidades. Una cosa son nuestros deseos y otra cosa son nuestras necesidades y tanto lo uno como lo otro Dios se lo conoce.

Dios sabe todo y ve cada persona sin excepción. Si queremos que realmente nuestras necesidades sean suplidas, vayamos a quien realmente nos conoce.

Dios nunca nos suplirá con algo incorrecto, Él siempre nos dará lo correcto y necesario.

Si nuestra necesidad es financiera, Dios sabe cómo guiarnos en esa necesidad; si nuestra necesidad es por salud, Él es el médico por excelencia y si nuestra necesidad es emocional, Dios es quien conoce nuestro corazón a la perfección.

Dios no sólo conoce nuestras necesidades, sino que también, Cristo experimentó lo que se siente tener necesidad y por esta razón debemos acudir a Él.

Cristo tuvo necesidades de la misma manera que nosotros. Tuvo hambre, sintió cansancio y vivió en el mismo mundo en que nosotros; esto hace que sepa lo que nosotros sentimos cuando estamos faltos de algo.

Hebreos capítulo 45 versículo 15 dice:
Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

En cualquier necesidad tenemos acceso a aquel que sabe exactamente cómo te sientes y como me siento. Él sabe cómo socorrernos, sabe cómo ayudarnos y como suplir nuestra necesidad sea cual sea.

En necesidades, debemos acudir a Dios, ya que Él nos ha hecho la invitación.

Hebreos capítulo 4 versículo 16 dice:
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

Al acercarnos al trono de la gracia, Dios nos está diciendo:
Acércate a mí, porque quiero que vengas. Este no es un trono de juicio, tampoco un trono de condenación, este es el trono donde yo te regalo mi favor.

La Biblia dice el Filipense es capítulo 4 versículo 6 lo siguiente:
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

Mateo capítulo 11 versículo 28 dice:
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Dios no es un padre mezquino, sino uno que nos ama.
¿Qué hombre hay de vosotros, que, si su hijo le pide pan, le dará una piedra?
¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
Mateo capítulo 7 versículos 9 – 11.

Te preguntarás: ¿Si nuestro Padre celestial desea satisfacer las necesidades de sus hijos, por qué seguimos necesitando ciertas cosas?

Dios nos ha dicho que para cualquier cosa que necesitemos debemos pedir. Pedid y se os dará, buscad y hallareis, llamad y se os abrirá; y todo esto está ligado a la oración.

La oración es un ungüento para toda llaga, remedio para toda enfermedad y cuando estemos afligidos y necesitados debemos entregarnos a la oración.

Las necesidades nos enseñan a persistir orando y en ellas a confiar en Dios.

La oración es un deber y un privilegio elevado y bendecido y nuestra mayor necesidad en necesidades es orar.

Si sabes orar, te aguardarán provisiones celestiales y eternas.

A continuación, te daré algunos consejos que te ayudarán a saber que debemos tener en cuenta cuando oramos por nuestras necesidades.

Dios nos ha dicho que le pidamos, esto parece elemental y en realidad lo es; pero muchos no llevamos nuestras necesidades delante de Dios, porque pensamos que Dios tiene mejores y mayores cosas por hacer en vez de ocuparse de lo nuestro; pero esto no es así. Él nos ha dicho que pidamos, porque el que pide recibe.

Muchos pedimos, pero dudamos que Dios quiera y pueda darnos lo que pedimos. No podemos orar a Dios y al mismo tiempo pensar que Dios no es lo suficientemente grande para manejar nuestras necesidades.

Oramos, pero si las respuestas que esperamos no se materializan entramos a cuestionar el amor, el interés y la capacidad de Dios.

Oramos, pero no acompañamos nuestra oración con darle prioridad a Dios.

La Biblia dice en Mateo capítulo 6 versículo 33 lo siguiente:
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Si hacemos de Dios nuestra prioridad absoluta, Él atenderá nuestras necesidades. Si acudimos a Dios, Él se ocupará de nuestras necesidades; esto te evitará un desgaste y cansancio innecesario.

Sea cual sea nuestra necesidad, debemos presentarla delante de Dios en una oración confiada. Si, una oración confiada, porque a la mayoría de nosotros eso es lo que nos falta, confianza.

Todo lo necesario para esta vida Dios lo conoce y así como de la nada creó todas las cosas, también tiene el suficiente cuidado y poder para darnos lo que necesitamos.

Para orar confiadamente, debemos descansar sobre el hecho de que Dios sabe de qué cosas tenemos necesidad. Esto significa, que Él no es distraído, tampoco olvidadizo, mucho menos es que no le importemos. debemos ir a reposar pensando y confiando que Él conoce todo y tiene control de todo.

Dios nos suplirá porque su capacidad es infinita.

Dios nunca duerme ni descansa, Él nunca está ausente de ningún lugar, sino que, siempre está listo para ayudar.

Quizás tus necesidades llegan en un momento inesperado, pero Dios siempre está cercano para suplir la necesidad sorpresiva.

Dios siempre quiere ayudarnos y lo puede hacer sin detenerse a preguntar ¿cómo se hará? lo único que Él tiene que hacer es desearlo y nosotros pedirlo y todos los poderes del cielo y la tierra se moverán a suplir nuestra necesidad.

Dios nos suplirá y lo hará conforme a sus riquezas en Cristo Jesús.

¿En cuánto crees tú que están estimadas de las riquezas de la gloria de Dios?

De acuerdo a esta medida, Dios llenará el abismo de nuestras necesidades.

Todo puede cesar, todo puede terminar, pero nuestra provisión está segura en Dios.

Cuando oremos a Dios por nuestras necesidades, hagámoslo confiando en su poder, su bondad y su soberanía con respecto a lo que estamos pidiendo y mientras oramos y esperamos en la respuesta de Dios, debemos tener la actitud correcta frente a las necesidades.

Te preguntarás ¿cómo aprendo esto?

Para aprenderlo, rápidamente veremos dos ejemplos bíblicos muy importantes:

La Biblia dice en Filipenses capítulo 4 versículos 11-13 lo siguiente:
No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.
Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Debemos aprender a vivir cualquiera que sea nuestra situación y no debemos temer a padecer ninguna necesidad, ya que cualquiera que sea nuestra situación, Dios a través de Jesucristo nos dará la fortaleza para todo soportar y vencer.

Habacuc capítulo 3 versículos 17 - 19 dice:
Aunque la higuera no florezca, 
Ni en las vides haya frutos, 
Aunque falte el producto del olivo, 
Y los labrados 
no den mantenimiento, 
Y las ovejas sean quitadas de la majada, 
Y no haya vacas en los corrales; 
 Con todo, yo me alegraré en Jehová, 
Y me gozaré en el Dios de mi salvación. 
Jehová el Señor es mi fortaleza, 
El cual hace mis pies como de ciervas,
Y en mis alturas me hace andar.

El gozo en el Señor es especialmente oportuno cuando nos topamos de frente con la necesidad y aunque estén cortadas las provisiones para demostrar que el hombre no vive solamente de pan, podemos ser abastecidos por la gracia y consolación del Espíritu de Dios. Solamente así llegaremos a ser verdaderamente fuertes.

Las circunstancias no deben controlar nuestros sentimientos, sino la fe en la capacidad de Dios para darnos fortaleza.

No podemos dudar de que Dios puede dar a sus hijos la fortaleza necesaria para enfrentar los tiempos difíciles y no podemos negar que las necesidades son oportunidades para que Dios trate con la vida de sus hijos, ya que, en medio de ellas, podemos llegar a aprender a creer en la fidelidad de Dios y actuar como corresponde.

Hoy, cuando vayas a orar por tus necesidades, puedes ponerte de rodillas y decir lo siguiente:
Señor, dijiste que todo lo conoces, dijiste que moriste por mí en la Cruz, dijiste que entiendes exactamente lo que siento y necesito, dijiste que gracias a Jesucristo tengo el derecho de venir a ti, para alcanzar misericordia y socorro en medio de la necesidad; y por todo esto, estoy aquí y creo en ti, creo en tu ayuda y creo en tu provisión. Gracias te da mi alma, descanso en ti y espero en tu respuesta, como un niño espera en su buen padre. Gracias amado Dios, en el nombre de Jesús. Amén


MIRA EL VIDEO👇


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

El versículo que debes conocer si le has fallado a Dios

Ministerio Oidores & Hacedores Por el pastor: Jaiver Caro El versículo que debes conocer si le has fallado a Dios Dios te be...