Ministerio Oidores & Hacedores
Por
el pastor: Jaiver Caro
Así
debes orar por todas tus necesidades.
Dios te bendiga
grandemente
Filipenses capítulo 4
versículos 19 dice:
Mi Dios,
pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo
Jesús.
Todo mundo tiene
necesidades en la vida, las cuales pueden ser de diferente índole, algunas
materiales o físicas y otras emocionales y espirituales y generalmente cuando
aparecen las necesidades, también aparece la preocupación y la ansiedad.
Te quiero preguntar ¿Cuándo
tienes necesidades, a dónde acudes?
Muchos buscamos
respuestas en lugares y personas que no logran hacer nada por nosotros.
Muchos son los caminos
engañosos que prometen suplir nuestras necesidades, pero a ciencia cierta, nada
pueden hacer por nosotros.
Siempre estamos
tratando de suplir nuestras necesidades y comúnmente hay muchas que con
urgencia necesitan ser suplidas; pero si hay algo que debemos saber, es que hay
alguien interesado y comprometido en ayudarnos y suplirnos y existe un lugar
donde siempre podemos encontrar pronto socorro y oportuna misericordia los
cuales son: Dios y su trono de gracia.
En este mensaje
aprenderás a dónde acudir y cómo hacerlo si tienes necesidades que necesitan
ser suplidas.
Primero que todo,
necesitamos acudir a alguien quien realmente sepa lo que necesitamos.
Hebreos capítulo 4 versículos
13 dice:
Y no hay
cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas
están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
El Evangelio de Mateo
capítulo 6 versículos 32 dice:
Porque los gentiles
buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis
necesidad de todas estas cosas.
Dios tiene el poder y
la capacidad de conocernos, pues Él nos hizo y conoce plenamente de que cosas
realmente tenemos necesidad y no solamente las conoce, sino que también desea
suplirlas.
Dios conoce realmente
nuestras necesidades. Una cosa son nuestros deseos y otra cosa son nuestras
necesidades y tanto lo uno como lo otro Dios se lo conoce.
Dios sabe todo y ve
cada persona sin excepción. Si queremos que realmente nuestras necesidades sean
suplidas, vayamos a quien realmente nos conoce.
Dios nunca nos suplirá
con algo incorrecto, Él siempre nos dará lo correcto y necesario.
Si nuestra necesidad es
financiera, Dios sabe cómo guiarnos en esa necesidad; si nuestra necesidad es
por salud, Él es el médico por excelencia y si nuestra necesidad es emocional,
Dios es quien conoce nuestro corazón a la perfección.
Dios no sólo conoce
nuestras necesidades, sino que también, Cristo experimentó lo que se siente
tener necesidad y por esta razón debemos acudir a Él.
Cristo tuvo necesidades
de la misma manera que nosotros. Tuvo hambre, sintió cansancio y vivió en el
mismo mundo en que nosotros; esto hace que sepa lo que nosotros sentimos cuando
estamos faltos de algo.
Hebreos capítulo 45
versículo 15 dice:
Porque no
tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades,
sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
En cualquier necesidad
tenemos acceso a aquel que sabe exactamente cómo te sientes y como me siento. Él
sabe cómo socorrernos, sabe cómo ayudarnos y como suplir nuestra necesidad sea
cual sea.
En necesidades, debemos
acudir a Dios, ya que Él nos ha hecho la invitación.
Hebreos capítulo 4 versículo
16 dice:
Acerquémonos,
pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar
gracia para el oportuno socorro.
Al acercarnos al trono
de la gracia, Dios nos está diciendo:
Acércate a mí, porque
quiero que vengas. Este no es un trono de juicio, tampoco un trono de
condenación, este es el trono donde yo te regalo mi favor.
La Biblia dice el Filipense
es capítulo 4 versículo 6 lo siguiente:
Por nada
estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en
toda oración y ruego, con acción de gracias.
Mateo capítulo 11
versículo 28 dice:
Venid a mí todos los
que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Dios no es un padre
mezquino, sino uno que nos ama.
¿Qué hombre hay de
vosotros, que, si su hijo le pide pan, le dará una piedra?
¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
Mateo capítulo 7
versículos 9 – 11.
Te preguntarás: ¿Si
nuestro Padre celestial desea satisfacer las necesidades de sus hijos, por qué
seguimos necesitando ciertas cosas?
Dios nos ha dicho que
para cualquier cosa que necesitemos debemos pedir. Pedid y se os dará, buscad y
hallareis, llamad y se os abrirá; y todo esto está ligado a la oración.
La oración es un
ungüento para toda llaga, remedio para toda enfermedad y cuando estemos
afligidos y necesitados debemos entregarnos a la oración.
Las necesidades nos
enseñan a persistir orando y en ellas a confiar en Dios.
La oración es un deber
y un privilegio elevado y bendecido y nuestra mayor necesidad en necesidades es
orar.
Si sabes orar, te
aguardarán provisiones celestiales y eternas.
A continuación, te daré
algunos consejos que te ayudarán a saber que debemos tener en cuenta cuando oramos
por nuestras necesidades.
Dios nos ha dicho que
le pidamos, esto parece elemental y en realidad lo es; pero muchos no llevamos
nuestras necesidades delante de Dios, porque pensamos que Dios tiene mejores y
mayores cosas por hacer en vez de ocuparse de lo nuestro; pero esto no es así. Él
nos ha dicho que pidamos, porque el que pide recibe.
Muchos pedimos, pero
dudamos que Dios quiera y pueda darnos lo que pedimos. No podemos orar a Dios y
al mismo tiempo pensar que Dios no es lo suficientemente grande para manejar
nuestras necesidades.
Oramos, pero si las
respuestas que esperamos no se materializan entramos a cuestionar el amor, el
interés y la capacidad de Dios.
Oramos, pero no
acompañamos nuestra oración con darle prioridad a Dios.
La Biblia dice en Mateo
capítulo 6 versículo 33 lo siguiente:
Mas buscad primeramente
el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Si hacemos de Dios
nuestra prioridad absoluta, Él atenderá nuestras necesidades. Si acudimos a
Dios, Él se ocupará de nuestras necesidades; esto te evitará un desgaste y
cansancio innecesario.
Sea cual sea nuestra
necesidad, debemos presentarla delante de Dios en una oración confiada. Si, una
oración confiada, porque a la mayoría de nosotros eso es lo que nos falta,
confianza.
Todo lo necesario para
esta vida Dios lo conoce y así como de la nada creó todas las cosas, también
tiene el suficiente cuidado y poder para darnos lo que necesitamos.
Para orar confiadamente,
debemos descansar sobre el hecho de que Dios sabe de qué cosas tenemos
necesidad. Esto significa, que Él no es distraído, tampoco olvidadizo, mucho
menos es que no le importemos. debemos ir a reposar pensando y confiando que Él
conoce todo y tiene control de todo.
Dios nos suplirá porque
su capacidad es infinita.
Dios nunca duerme ni
descansa, Él nunca está ausente de ningún lugar, sino que, siempre está listo
para ayudar.
Quizás tus necesidades
llegan en un momento inesperado, pero Dios siempre está cercano para suplir la
necesidad sorpresiva.
Dios siempre quiere
ayudarnos y lo puede hacer sin detenerse a preguntar ¿cómo se hará? lo único
que Él tiene que hacer es desearlo y nosotros pedirlo y todos los poderes del
cielo y la tierra se moverán a suplir nuestra necesidad.
Dios nos suplirá y lo
hará conforme a sus riquezas en Cristo Jesús.
¿En cuánto crees tú que
están estimadas de las riquezas de la gloria de Dios?
De acuerdo a esta
medida, Dios llenará el abismo de nuestras necesidades.
Todo puede cesar, todo
puede terminar, pero nuestra provisión está segura en Dios.
Cuando oremos a Dios
por nuestras necesidades, hagámoslo confiando en su poder, su bondad y su
soberanía con respecto a lo que estamos pidiendo y mientras oramos y esperamos
en la respuesta de Dios, debemos tener la actitud correcta frente a las
necesidades.
Te preguntarás ¿cómo
aprendo esto?
Para aprenderlo,
rápidamente veremos dos ejemplos bíblicos muy importantes:
La Biblia dice en Filipenses
capítulo 4 versículos 11-13 lo siguiente:
No lo digo
porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi
situación.
Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Debemos aprender a
vivir cualquiera que sea nuestra situación y no debemos temer a padecer ninguna
necesidad, ya que cualquiera que sea nuestra situación, Dios a través de
Jesucristo nos dará la fortaleza para todo soportar y vencer.
Habacuc capítulo 3 versículos
17 - 19 dice:
Aunque la
higuera no florezca,
Ni en las vides haya frutos,
Aunque falte el producto del olivo,
Y los labrados
no den mantenimiento,
Y las ovejas sean quitadas de la majada,
Y no haya vacas en los corrales;
Con todo, yo me alegraré en Jehová,
Y me gozaré en el Dios de mi salvación.
Jehová el Señor es mi fortaleza,
El cual hace mis pies como de ciervas,
Y en mis alturas me hace andar.
Ni en las vides haya frutos,
Aunque falte el producto del olivo,
Y los labrados
no den mantenimiento,
Y las ovejas sean quitadas de la majada,
Y no haya vacas en los corrales;
Con todo, yo me alegraré en Jehová,
Y me gozaré en el Dios de mi salvación.
Jehová el Señor es mi fortaleza,
El cual hace mis pies como de ciervas,
Y en mis alturas me hace andar.
El gozo en el Señor es
especialmente oportuno cuando nos topamos de frente con la necesidad y aunque
estén cortadas las provisiones para demostrar que el hombre no vive solamente
de pan, podemos ser abastecidos por la gracia y consolación del Espíritu de
Dios. Solamente así llegaremos a ser verdaderamente fuertes.
Las circunstancias no
deben controlar nuestros sentimientos, sino la fe en la capacidad de Dios para
darnos fortaleza.
No podemos dudar de que
Dios puede dar a sus hijos la fortaleza necesaria para enfrentar los tiempos
difíciles y no podemos negar que las necesidades son oportunidades para que Dios
trate con la vida de sus hijos, ya que, en medio de ellas, podemos llegar a
aprender a creer en la fidelidad de Dios y actuar como corresponde.
Hoy, cuando vayas a
orar por tus necesidades, puedes ponerte de rodillas y decir lo siguiente:
Señor, dijiste que todo
lo conoces, dijiste que moriste por mí en la Cruz, dijiste que entiendes
exactamente lo que siento y necesito, dijiste que gracias a Jesucristo tengo el
derecho de venir a ti, para alcanzar misericordia y socorro en medio de la
necesidad; y por todo esto, estoy aquí y creo en ti, creo en tu ayuda y creo en
tu provisión. Gracias te da mi alma, descanso en ti y espero en tu respuesta, como
un niño espera en su buen padre. Gracias amado Dios, en el nombre de Jesús. Amén
MIRA EL VIDEO👇
No hay comentarios.:
Publicar un comentario