viernes, 5 de abril de 2019

Qué hacer cuando se nos apaga el fuego en nuestra vida espiritual.

El Salmo 119:37 dice:
Aparta mis ojos, que no vean la vanidad;
Avívame en tu camino.

Quiero preguntarte ¿Cuando ves tu vida espiritual, que ves?
¿Ves un gran fuego ardiendo? o ¿Simplemente ves brazas apagadas y todo reducido a cenizas?

¿Te has sentido frío espiritualmente? ¿Ya las cosas de Dios no tienen mucho sentido para ti?

¿Se ha reducido tu vida a una búsqueda incansable sólo de lo material?

¿Sientes que tu relación con Dios ya no es tan estrecha como lo era antes?

¿Ya no apartas tiempo para hablar con tu Padre celestial?

¿Congregarte se ha convertido sólo en una rutina?

¿Ya no estás tan apasionado por Dios como antes?

¿Ya no tienes el mismo fervor?

Si has respondido de manera afirmativa a la mayoría de estas preguntas, déjame decirte, que estás atravesando una crisis en tu vida espiritual; se ha apagado el fuego y eso nunca debió pasar.

Dios no cambia, nosotros somos los que cambiamos y permitimos que se nos apague el fuego.

Si la llama del fuego de nuestra devoción a Dios se nos ha apagado, la razón no está en Dios, la razón está en nosotros.

Te pregunto ¿Sabes cómo llegaste a esta situación?
Si no lo sabes, te lo diré:

Primero. Se nos apaga el fuego, por lo difícil que resulta estar pasando por algo trágico.

Segundo. Se nos apaga el fuego, por causa del dolor que trae perder un ser querido.

Tercero. Se nos apaga el fuego, por lo difícil que resulta atravesar por una separación o por un divorcio.

Cuarto. Se nos apaga el fuego, cuando sentimos que Dios no contesta nuestras oraciones.

Quinto. Se nos apaga el fuego, cuando estamos atravesando por una situación económica difícil y no sabemos qué hacer.

Sexto. Se nos apaga el fuego, por causa de las críticas, señalamientos y calumnias de los demás en contra de nosotros.

Séptimo. Se nos apaga el fuego, cuando por causa de estas cosas mencionadas y voluntariamente nos alejamos de la oración y de la meditación en la Palabra de Dios.

Muchas cosas pueden ocurrir que roban nuestra atención y nos sacan de nuestra vida de comunión con Dios y terminamos enfriándonos.

Si el enemigo logra desviar nuestra atención y si logra entretenernos, pronto el fuego comenzará a menguar.

Casi siempre que nos enfriamos, es porque hemos caído en engaños y comenzamos a restarle importancia a lo que nunca debimos restarle importancia.

Cuando se nos apaga el fuego, perdemos paz, gozo y satisfacción en el Señor.

Cuando se nos apaga el fuego, terminamos diciendo: “Ya no es necesario”.

Cuando se nos apaga el fuego, comenzamos a aplazar lo inaplazable.

Cuando se nos apaga el fuego, comenzamos a ceder y comenzamos a decir: “esto no es tan malo, todos lo hacen”

Cuando se nos apaga el fuego, se debilita nuestra fe y terminamos llenos de temores y muchas dudas.

Pero ¿Qué debemos hacer cuando se nos apaga el fuego en nuestra vida espiritual?

Leamos 2 Timoteo 1:6-7 dice:
Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.
1:7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 

El propósito del apóstol Pablo al escribir esta carta dirigida a Timoteo, era reanimarle.

Todos necesitamos ser animados o si no el fuego que sentimos por Dios terminarás sólo en recuerdos.

Timoteo tenía que lidiar, luchar y convivir en su vida con aspectos que para él eran difíciles de manejar.

Primero. Tenía que lidiar con su juventud.
Parece extraño, pero le estaba teniendo problemas en su ministerio, por esta razón, el apóstol Pablo le escribe: Ninguno tenga en poco tu juventud. 1 Timoteo 4:12

Lo segundo con lo que tenía que luchar Timoteo, era con su timidez.
Timoteo era alguien perseguido por muchos temores, por lo que el apóstol Pablo le dice en 2 Timoteo 1:8
Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, 


Y lo tercero con lo que tenía que luchar Timoteo, era con sus continuos problemas de salud.
1 Timoteo 5:23 dice:
Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades. 

Pero a pesar de todo esto, Timoteo debía saber que nada podía apagar el fuego de la devoción por Dios en su corazón.

El apóstol Pablo le dice: Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.
1:7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 
De poder, para actuar en circunstancias difíciles.
De amor, para sacrificarse por el bien de los demás por amor a nuestro Dios. Y dominio propio o cordura, para actuar con estabilidad y compostura mental sin vernos afectados por la experiencia o situación que estemos viviendo.

A continuación, mencionaré nueve cosas que debemos hacer cuando se nos apaga el fuego o cuando estamos viviendo una crisis espiritual difícil; cada una de ellas, deseo que la escribas en tu mente y en tu corazón.

La primera es: Cuando se nos apaga el fuego, debemos reconocer y aceptar la situación que estamos viviendo.

Lo segundo: Cuando se nos apaga el fuego, debemos identificar qué es lo que está pasando, que es lo que está ocasionando que el fuego mengüe y yo me enfríe.

Lo tercero: Debemos recordar cómo era nuestro fuego antes. Recuerda cómo amabas orar, estudiar la Palabra, escuchar las predicaciones y cantar con gozo el Señor.

Lo cuarto y muy importante: Debemos arrepentirnos. Debemos reconocer ante Dios lo que ha estado pasando y debemos pedir perdón a Dios por lo que hemos permitido.

Lo quinto: Debemos volver a lo que hemos abandonado. En otras palabras, debemos retomar el rumbo, y para esto debemos comenzar a pasar tiempo con Dios en oración y en la meditación de su Palabra.
Pide a Dios que te hable y te avive por medio de ella.

Lo séptimo: Lleva tu relación con Dios a un nivel mayor.

Lo octavo: Depende del Espíritu Santo para levantarte una vez más. Sólo a través del poder de Dios podemos levantarnos y salir de la crisis espiritual que estemos viviendo.

Y lo noveno y último: Debemos perseverar en todo esto.

No te desanimes, inténtalo, no dejes de intentarlo y de esforzarte.

Debes saber, que cuentas con la ayuda y el respaldo del Espíritu Santo para levantarte una vez más.

Anímate porque Dios te ha dado espíritu de poder, de amor y de dominio propio.

No ignores la voz del Espíritu Santo, pues Él es quien nos toma la temperatura en nuestra vida espiritual. Recuerda que Dios quiere que el fuego en nuestras vidas arda siempre.

Nunca olvides, así como la leña enciende el fuego, la oración y la meditación en la Palabra de Dios encienden la vida de todo cristiano.

La intención de este ejemplar en formato PDF es que sirva para tu propio uso, o para que lo compartas con amigos que tengan interés.
No debe ser vendido o usado con fines lucrativos.

Oidores & Hacedores



MIRA EL VIDEO👇



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

El versículo que debes conocer si le has fallado a Dios

Ministerio Oidores & Hacedores Por el pastor: Jaiver Caro El versículo que debes conocer si le has fallado a Dios Dios te be...