viernes, 5 de abril de 2019

Los cuidados de nuestro Padre celestial según el Salmo 91


Salmo 91
91:1 El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
91:2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
91:3 El te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
91:4 Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
91:5 No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
91:6 Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.
91:7 Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
91:8 Ciertamente con tus ojos mirarás
Y verás la recompensa de los impíos.
91:9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
91:10 No te sobrevendrá mal,
Ni plaga tocará tu morada.
91:11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.
91:12 En las manos te llevarán,
Para que tu pie no tropiece en piedra.
91:13 Sobre el león y el áspid pisarás;
Hollarás al cachorro del león y al dragón.
91:14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
91:15 Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
91:16 Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación.

Este texto Bíblico ha sido tomado de la versión Reina Valera de 1960.

Cuando leemos este Salmo y meditamos en el, se nos revela algo muy especial, lo cual es que Dios no nos niega ninguna promesa cuando nosotros decidimos confiar en Él. Dios da abundancia y sobreabundancia de promesas a quienes le aman y esperan en Él.
El Salmo 91, es uno de los Salmos con mayor número de promesas de parte de nuestro Padre celestial.

El Salmo 91, es un Salmo que nos da plena seguridad de que Dios es nuestro fortín, nuestro guardador y nuestro protector.

El Salmo 91, está dedicado especialmente a aquellos que ponen su confianza, y declaran a Dios como su esperanza según el versículo 2.

El Salmo 91, está dedicado especialmente a aquellos que ponen a Jehová Dios como su protección y morada según los versículos 2 y 9.

Y el Salmo 91 está dedicado especialmente a aquellos que han decidido amar a Dios; según el versículo 14.

A continuación, hablaremos de 19 promesas contenidas en este precioso Salmo; tú dirás: son muchas promesas; pero como te he dicho, Dios no escatima promesas para aquellos que confían en Él.

La primera promesa contenida en este Salmo dice:
Él te librará del lazo del cazador. Esto significa, que somos preservados por Dios de peligros que pueden terminar siendo fatales y además, Él guarda nuestra vida espiritual por su gracia, de un sin número de tentaciones diarias.

La segunda promesa contenida en este Salmo dice:
Él te librará de la peste destructora. Esto significa, que Dios promete librarnos de aquellas enfermedades que continuamente amenazan con quitarnos la vida; no solamente significa que no nos enfermaremos, sino que Él es nuestro Sanador; y además nos ha prometido que en un futuro gozaremos de un cuerpo glorificado, libre de toda posibilidad de enfermarnos. Según lo enseña Romanos 8:23.

La tercera promesa contenida en este Salmo dice: Con sus plumas te cubrirá y debajo de sus alas estarás seguro. Esto significa, que Dios mismo será nuestro protector. Dios se complace al compararse con un ave por el sumo cuidado con que protege a los suyos, y aunque plumas y alas suena a debilidad, la promesa número cuatro contenida en este Salmo habla, de que escudo y alardea su verdad. Esto significa, que la fidelidad de Dios a sus promesas es nuestra defensa. Dios no sólo nos protege con plumas y alas, sino que también lo hace como un Varón de Guerra.

La quinta promesa contenida en este Salmo dice: No temerás al terror nocturno. Esto significa, que Dios nos guarda del temor sin motivo y desordenado de los peligros de la noche.

La sexta promesa contenida en este Salmo dice: No temerás a saeta que vuele día. Esto significa, que Dios nos guarda del miedo que podamos tener a los peligros que por doquier nos acechan durante el día.

La séptima promesa contenida en este Salmo dice: No temerás pestilencia que anden oscuridad. Es imposible defendernos de los peligros y males invisibles para nosotros, especialmente aquellos que acechan comúnmente nuestra salud. De igual manera, es difícil protegernos de virus y bacterias que nos resultan imposibles de detectar; pero Dios que todo lo puede ver, nos guarda del peligro que nos resulta imposible ver venir.

La octava promesa dice: No temerás de mortandad que en medio del día destruya. Esto significa, que aunque sean innumerables los peligros y catástrofes a los que estamos expuestos, y aunque todos pueden provocar temor en los corazones de los hombres debido a los que pueden ocasionar, Dios nos ha prometido que nos dará paz en medio de cualquier situación.

La promesa número nueve dice: Caerán a tu lado mil y diez mil a tu diestra, mas a ti no llegará. Esto significa, que somos preservados por Dios del daño que otros puedan estar sufriendo; en otras palabras, cuando veamos a otros morir al lado nuestro, Dios nos da la seguridad para que podamos decir como dice el Salmo 118:17 No moriré, sino que viviré, y contaré las obras de Jehová.

La promesa número 10 contenida en este Salmo dice: no te sobrevendrá mal. Esto significa, que aunque sobrevengan angustias y aflicciones, no habrá en ellas maldad; pues son permitidas por Dios, no para nuestro daño sino para nuestro bien.

La promesa número 11 contenida en este Salmo dice: Ninguna plaga tocará tu morada. Esto significa, que Dios se ha comprometido a ser el guardián de nuestra casa, hogar y familia.

La promesa número 12 y contenida en este Salmo dice: Mandará a sus ángeles acerca de ti que te guarden. Esto significa, que para Dios es prioridad guardarnos, protegernos y brindarnos siempre la compañía que necesitemos.

La promesa número 13 contenida en este Salmo la conoceremos leyendo el versículo 13 dice: Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro del león y al dragón.
El Salmista cita aquí los animales que simbolizan una gran amenaza para nosotros, y lo hace para indicar a través de ellos peligros posibles; ahora, déjame recordarte lo que dice Romanos 8:38-39. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
8:39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

La promesa número 14 dice: y yo también lo libraré. Son innumerables los peligros de los que nuestro Padre celestial nos ha liberado, y aún son muchos más aquellos de los que el Señor nos ha liberado sin nosotros saberlo.

La promesa número 15 contenida en este Salmo dice: Lo pondré en alto. Esto significa, que Dios es quien nos pone a salvo cuando vienen hacia nosotros esos grandes ríos de problemas y angustias, y es Dios quien nos lleva a un lugar donde podamos descansar.

La promesa número 16 contenida en este Salmo dice: Me invocará y yo le responderé. Jeremías capítulo 33:3 dice: Clama a mí y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Dios nos da la gran promesa de dar respuesta a nuestras oraciones y con esto traer fortaleza y vigor a nuestras almas.

La promesa número 17 contenida en este Salmo dice: Con el estaré yo en la angustia, lo libraré y le glorificaré. Dios ha prometido librarnos de la angustia y en la angustia, si Él no pone fin a ella, Él ha prometido que estará presente y muy cerca nosotros mientras atravesemos por dificultades.

La promesa número 18 contenida en este Salmo dice: Lo saciaré de larga vida. Dios nos ha prometido que Él nos dará lo suficiente para vivir en este mundo. Él nos permitirá vivir hasta que hayamos llevado a cabo la obra para la cual nos ha puesto aquí.

Y la promesa número 19 contenida en este Salmo dice: Le mostraré mi salvación. Esto significa, que Dios siempre nos mostrará la salida ante los problemas, las angustias y al enfrentar las tormentas de la vida.
Dios no nos oculta el camino de nuestra salvación, sino que nos los muestra con claridad. Jesucristo dijo: yo soy el camino y la verdad y la vida. Juan 3:16.

Demos gracias a nuestro Padre celestial por todas sus promesas y nunca dudemos de su gran fidelidad.

La intención de este ejemplar en formato PDF es que sirva para tu propio uso, o para que lo compartas con amigos que tengan interés.
No debe ser vendido o usado con fines lucrativos.

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