viernes, 5 de abril de 2019

3 Cosas que DIOS hace en nosotros por ser sus hijos.

No existen las palabras para describir el gran privilegio de ser llamados hijos de Dios.

San Juan 1:12 dice:

1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 

Que gran privilegio y que gran bendición de ser hijos de aquel que creó todas las cosas.

Si tú eres hijo de Dios, hoy aprenderás tres cosas que Dios hace contigo por ser su hijo.

La primera cosa que Dios hace con nosotros por ser sus hijos, la conoceremos leyendo en Gálatas 4:6 dice:

4:6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! 

Por ser sus hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu Santo para que podamos experimentar su amor de Padre, para que nosotros podamos sentirnos sus hijos, para tener la libertad de llamarle siempre Padre Nuestro y así tener siempre una relación estrecha con Él.

Que gran privilegio el poder llamarle en oración a Dios Padre nuestro y poder tener esa libertad de acercarnos a Él como un Padre que nos ama y cuida de cada uno de nosotros.


La segunda cosa que Dios hace en nosotros por ser sus hijos, la conoceremos leyendo allí mismo Gálatas 4:7 dice:

4:7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.

Dice la Palabra de Dios muy claramente: Y si hijos también herederos. Un heredero, es aquel a quien pertenece lo que pertenece al Padre. Por ser hijos de Dios, somos herederos suyos por medio de Nuestro Señor Jesucristo; cuesta creerlo, pero es una gran verdad. Dios nos hizo dueños de lo que a ÉL pertenece por medio de Cristo.

Leamos también en 1 Pedro: 1:3-4 y miremos lo que el Señor nos enseña a través de su Palabra dice:

1:3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,
1:4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, 

Qué bueno es saber que existe una herencia en los cielos reservada para cada hijo de Dios.

La tercera cosa que Dios hace en nosotros por ser sus hijos, la conoceremos leyendo en Hebreos 12:5-11 dice:

12:5 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo:
Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, 
Ni desmayes cuando eres reprendido por él; 
12:6 Porque el Señor al que ama, disciplina, 
Y azota a todo el que recibe por hijo.
12:7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
12:8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.
12:9 Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
12:10 Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.
12:11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.

La palabra disciplina, en el término Bíblico original significa: Enseñar, instruir y corregir a un hijo.

Dios nos disciplina por ser sus hijos, y por esta razón hoy conoceremos algunos aspectos importantes acerca de la disciplina del Señor.

Primero: No debemos menospreciar la disciplina del Señor.

Segundo: No debemos desmayar en medio de la corrección de nuestro Padre; eso significa, que debemos aceptar la corrección y disciplina del Señor con gratitud y con la actitud apropiada hacia nuestro Padre amoroso.

Tercero: La disciplina y la corrección Divina, es un buen indicio de que somos verdaderos hijos de Dios.

Cuarto: Un buen padre siempre corrige y disciplina a sus hijos. Te hago una pregunta: ¿Que padre ama más a sus hijos, aquel que les permite hacer lo que les hace daño o aquel que les corrige para ayudarles a hacer lo correcto?
Sólo los malos padres dejan a sus hijos sin disciplina.

Quinto: Dios corrige y disciplina a todos sus hijos, el no deja a nadie sin disciplina.

Sexto: El no ser disciplinados por Dios, es evidencia de que somos bastardos y no hijos.

Séptimo: Cuando Dios nos disciplina, tiene siempre e infaliblemente un motivo justo, un método correcto y un objetivo provechoso.

Dios nos disciplina para nuestro bien y para que participemos de su santidad.

Ninguna disciplina o corrección que afecten nuestros sentimientos, nuestra salud, nuestros bienes, nuestras fortunas y nuestros seres queridos, parece traer alegría sino tristeza; en los designios de Dios es para bien pero no lo parece.

Dios no nos prohíbe que nos duela y que aún lloremos; lo que Él hace, es garantizarnos que al final dará fruto y terminará dejando en nosotros una vida más consagrada a Dios y una comunión más íntima con nuestro Padre.

Al Dios permitir que pasemos por tribulaciones, tiene el designio de formarnos, de purificarnos y de orientarnos por el buen camino.

Nos trata como a hijos para que nos comportemos como es digno que se comporten los hijos de un Padre que es tres veces Santo.

Dios es nuestro Padre y Él cuida de cada uno de nosotros.

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