Algunos se llenan de
desespero, cuando ven que se acercan esas fechas y no hay aún para cumplir con
esos compromisos económicos.
Cuántas personas
viven con escasez de alimento, con escasez de vestido, con escasez aún de salud
y viven continuamente faltándole muchas cosas.
Son muchas las
personas que atraviesan por esta situación y lo más probable es que tú que me
escuchas estés atravesando momentos de escasez.
Te hago una pregunta ¿qué
haces cuando estás atravesando tiempos de escasez?
¿Eres de aquellos que
dudan de la fidelidad de Dios cuando tienen falta de algún bien?
En este tema, lo que
quiero hacer es llevarte a la Palabra de Dios, con el propósito de que pueda
saber cuál debe ser tu actitud en medio de la escasez.
Miremos el siguiente
pasaje Bíblico en filipenses 4:10-13 dice: 4:10 En gran manera me
gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo
cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad.
4:11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.
4:12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
4:11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.
4:12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
El escritor de esta
carta es el apóstol Pablo.
El apóstol Pablo tuvo
testimonio en la Biblia de ser un hombre que después de su conversión vivió
sujeto a Dios, sujeto a su voluntad, y dedicó el resto de su vida al pleno
servicio a Dios.
La Biblia lo llama el
apóstol a los gentiles, un guerrero de la fe.
Algunos pensarían que
por el hecho de ser un apóstol del Señor era imposible que padeciera
necesidades.
Algunos pensarían que
por el hecho de ser un hombre que servía Dios, no le iban a sobrevenir momentos
de escasez.
Algunos pensarían,
que por el hecho de haber tenido un encuentro tan personal con Dios, todo sería
abundancia; pero la Biblia enseña que él también tuvo momentos de escasez, así
como los tenemos nosotros.
En su vida como en la
nuestra, había días donde le faltaba y también había días donde le sobraba.
Pero ¿cuál era su
actitud en medio de estas situaciones?
El pasaje que
acabamos de leer nos da grandes lecciones. En el capítulo cuatro versículo 11
de Filipenses el apóstol Pablo dijo: He aprendido a contentarme cualquiera que
sea mi situación.
El apóstol Pablo aprendió
lo que en la Biblia se llama contentamiento, esto significa, que él aprendió
que sea en la abundancia o sea en la escasez estaba satisfecho con lo que tenía
en el momento.
El contentamiento no
llega a nuestras vidas por arte de magia. El estar contento con lo que tenemos
el día a día se aprende.
El contentamiento se
aprende mediante el ejercicio de sobrellevar las distintas situaciones que Dios
permite en nuestras vidas.
El apóstol Pablo fue
muy claro, él dijo: He aprendido a contentarme.
Te pregunto ¿Reniegas
y te quejas de tu situación? ¿Dudas acaso de la provisión divina?
Mira lo que enseña la
Palabra de Dios en el capítulo 4 versículo 12 de Filipenses: Sé
vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado,
así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como
para padecer necesidad.
Se necesita sabiduría
para vivir en escasez como para tener abundancia.
Si Dios aún no te ha
bendecido de manera abundante, lo más probable es que te esté llenando de
sabiduría para que puedas sobrellevar cualquiera sea tu situación.
La voluntad de Dios,
es que nosotros sepamos vivir de manera humilde, y que también sepamos vivir
cuando tenemos abundancia y sobreabundancia.
No hay bendición más
grande que estar enseñado así para estar saciado como para tener hambre, así
para tener abundancia como para padecer necesidad.
¿Cómo serían nuestras
vidas si solamente supiéramos vivir cuando tenemos abundancia y cuando todo nos
sobra?
La Biblia nos enseña,
que si nosotros somos fieles en lo poco también lo seremos en lo mucho.
La voluntad perfecta
de Dios, es que podamos decir puntualmente: Sé vivir humildemente,
y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar
saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer
necesidad.
Todo
lo puedo en Cristo que me fortalece.
¿Qué debemos hacer en
medio de la escasez?
La respuesta es
sencilla: Debemos aferrarnos a Dios y tener la plena convicción de que todo
podremos soportar por que Dios nos da las fuerzas a través de su Hijo
Jesucristo.
No hay la mínima
posibilidad, de que seamos derrotados cuando tenemos la plena certeza de que
todo lo podemos soportar porque Dios nos da la fuerza a través de Jesucristo.
Dios me dará y te
dará las fuerzas necesarias para que puedas atravesar y sobrevivir en medio de
cualquier situación, y juntamente como el apóstol Pablo podamos decir: Todo lo
puedo en Cristo que me fortalece.
La intención de este
ejemplar en formato PDF es que sirva para tu propio uso, o para que lo
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