En esta ocasión,
hablaremos de tres principios a tomar en cuenta para su correcta
interpretación.
El primer principio
es: Debemos tomar las palabras según el
uso de la lengua original.
La Biblia, aunque es
de carácter universal, fue escrita en varios contextos culturales y en varias
lenguas.
El Antiguo Testamento
fue escrito en su mayoría en hebreo y unas pocas porciones en arameo.
El Nuevo Testamento
fue escrito en griego.
En la Biblia
encontramos traducciones de palabras propias del lenguaje original. Por ejemplo,
en Génesis 6:12 encontramos la palabra toda carne y se usa en esta
ocasión, para designar todo ser humano. Decimos que esta palabra es propia del
lenguaje Bíblico, debido a que en la actualidad en nuestras lenguas no es común
usarla, simplemente nos referimos a todo ser humano.
Tanto en el Antiguo
Testamento como en el Nuevo Testamento, encontramos la palabra camino,
la cual puede significar senda o vía, pero también puede significar manera
de vivir o el tipo de conducta de una persona.
En San Mateo 1:25
dice que José no conoció a María hasta que dio a luz un hijo primogénito y le
puso por nombre Jesús; aquí en este versículo, encontramos una palabra que es
propia del lenguaje Bíblico, la cual es conoció, y según este texto
significa que José no tuvo ninguna relación sexual con María sino hasta después
de haber nacido Jesús.
Al interpretar las Escrituras,
debemos tener en cuenta este tipo de palabras para no fallar en su correcta
interpretación.
El segundo principio
para tener en cuenta en esta elección, es
el propósito del autor.
Cada escritor de la
Biblia tiene un público y un propósito específico al escribir; por ejemplo, en
la Biblia tenemos cuatro libros conocidos como los cuatro Evangelios, los
cuales encabezan el Nuevo Testamento.
El Evangelio según
San Mateo, el Evangelio según San Marcos, el Evangelio según San Lucas y el
Evangelio según San Juan.
San Mateo, sabiendo
que los judíos estaban ansiosamente esperando la venida del Mesías prometido en
el Antiguo Testamento, presenta a Jesús como el Mesías.
Marcos escribe a los
romanos, un pueblo cuyo ideal era el poder y el servicio. Este escritor le
presenta a Cristo como el conquistador poderoso.
Lucas escribe a un
pueblo culto: los griegos, cuyo ideal era el hombre perfecto.
Lucas hace que su
Evangelio gire alrededor de Cristo como la expresión de ese ideal.
Juan tiene en la
mente las necesidades de los cristianos en todas las naciones y por esta razón,
presenta las verdades más profundas del Evangelio.
Tengamos esto en
cuenta para la correcta interpretación de la Palabra de Dios.
El tercer principio
que debemos tener en cuenta en esta lección, es que en la Biblia encontramos figuras literarias. Pero ¿qué es una
figura literaria?
Las figuras literarias son aquellas formas
de lenguaje y de comunicación que han sido usadas para enfatizar, decorar o
dibujar expresiones y situaciones normales.
Dentro de las figuras
literarias que encontramos en la Biblia, tenemos el símil. El símil, es una comparación en la que se usa el adverbio como.
En Apocalipsis 21:2
dice: Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva
Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada
para su marido.
Aquí en este
versículo encontramos un símil. Encontramos cómo se compara a la nueva
Jerusalén que desciende del cielo como una esposa ataviada para su marido.
En la Biblia también
encontramos metáforas.
Una metáfora, es una comparación donde una cosa representa
a otra.
En San Mateo 5:13
dice: Vosotros
sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada?
No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
Vosotros sois la sal
de la tierra. En este texto encontramos una comparación directa entre los creyentes
con la sal.
En la Biblia también
encontramos alegorías.
Alegorías, son varias
metáforas unidas representando cada una de ellas verdades correspondientes.
En San Juan 10:6
encontramos una alegoría utilizada por el Señor.
Al final en el
versículo 6 dice: Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos
no entendieron qué era lo que les decía.
En la Biblia
encontramos prosopopeya, la cual
consiste en atribuir
acciones o características humanas a objetos, animales o ideas.
En el Salmo 85:10
dice: La misericordia y la verdad se encontraron;
La justicia y la paz se besaron.
La justicia y la paz se besaron.
Al leer la justicia y
la paz se besaron, estamos leyendo una prosopopeya, donde se le da
características humanas a la justicia y a la paz.
En la Biblia
encontramos antropomorfismo, lo cual
consiste en atribuir a Dios características humanas.
En la Biblia
encontramos frases tales como: La mano
del Señor, los ojos del Señor, el rostro del Señor, la
boca del Señor, la diestra del Señor, los pies de Dios.
Todas estas frases
atribuyen a Dios características humanas, y todo esto para facilitar una
descripción del Creador de todo el universo.
En la Biblia también
encontramos hipérboles.
Una hipérbole, es
básicamente una exageración.
En San Juan 21:25
encontramos una hipérbole.
El texto dice: Y hay
también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por
una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de
escribir. Amén.
¿Te imaginas cuántos
libros se necesitarían para llenar todo el mundo?
Evidentemente aquí
hay una exageración o una hipérbole.
En la Biblia también
encontramos parábolas, una de las
figuras literarias más usadas por el Señor Jesucristo, la cual consiste en una
narración alegórica que utiliza símbolos terrenales y conocidos para ilustrar
verdades celestiales y eternas.
Una de las parábolas
más conocidas del Señor fue la del sembrador, la cual encontramos en Mateo
13:1-8, y su explicación también la encontramos en los versículos 18 - 23
En la Biblia también
encontramos paradoja.
Una paradoja, consiste en declaraciones opuestas a lo
común.
El Señor Jesús, usó
declaraciones tales como: deja que los muertos entierren a sus propios
muertos; esto parece ser contradictorio, pero simplemente es una paradoja;
una figura literaria usada también por el Señor Jesús y que aparece en la
Biblia, lógicamente con un gran sentido espiritual.
Estas solamente son
algunas pocas figuras literarias de las que encontramos en las Escrituras, las
cuales también debemos tener en cuenta para la correcta interpretación de la Palabra
de Dios.
A través de esta
serie de cuatro lecciones, procuramos dar reglas y principios básicos para la
pronta y correcta interpretación de la Palabra de Dios. Deseamos que haya sido
de gran provecho y edificación para cada uno de ustedes.
La intención de este
ejemplar en formato PDF es que sirva para tu propio uso, o para que lo
compartas con amigos que tengan interés.
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