Todos en algún
momento de la vida hemos estado en situaciones angustiosas, hemos atravesado
por el valle de la angustia o quizás estás angustiado en este momento.
¿Sabes qué hacer en
medio de la angustia, el desespero y la preocupación? Dios nos enseña a qué
hacer por medio de su Palabra. A continuación estudiaremos cinco versículos de
la Biblia que nos darán grandes lecciones en cuanto a este tema.
El Salmo cap. 18 versículo 6 dice: En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios. Él oyó mi voz desde
su templo, y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos. En tu angustia clámale,
llámale y Él oirá tu voz.
El Salmo cap. 4 versículo 1 dice: Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia. Cuando estaba en
angustia, tú me hiciste ensanchar; ten misericordia de mí, y oye mi oración. En medio de la
angustia no dudes que Dios responde a la oración, te pone en lugar espacioso y
tiene misericordia.
El Salmo cap.77 versículo 2 dice: Al Señor busqué en el día de mi angustia; alzaba a él mis manos de
noche, sin descanso; mi alma rehusaba consuelo. En medio de la angustia, la oración de
noche y de madrugada resulta en una pronta victoria, podemos levantar nuestras
manos al cielo lo cual significa plena dependencia de Dios.
El Salmo cap.86 versículo 7 dice: En el día de mi angustia te llamaré, porque tú me respondes. La Palabra de Dios
nos enseña que al que llama se le abrirá
Y por último el Salmo cap. 50 versículo 15
dice: E invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás. En este Salmo debemos
entender que el mismo Dios es quien está hablando, creámosle de todo corazón a
nuestro Padre celestial.
Estos textos de la Palabra de Dios nos enseñan
claramente, que Dios es nuestro refugio, que Él puede librarnos de toda
angustia y preocupación.
Una vez más, la oración funciona como la
mejor defensa ante cualquier situación.
Cuando oramos, Dios nos levanta para que lo
miremos a Él y no a nosotros mismos.
La convicción de que Dios responde las
oraciones nos debe sostener en tiempos difíciles.
No busquemos otras formas de resolver
nuestros problemas, más bien invoquemos al Señor con seguridad de que Él nos escucha.
No te ahogues en medio de la angustia, no te ahogues
en medio del desespero, no te ahogues en medio de la preocupación. Si miras al
cielo, hay un Dios creador del universo, un Dios que todo lo puede el cual
siempre está dispuesto para ayudarte y socorrerte.
La intención de este ejemplar
en formato PDF es que sirva para tu propio uso, o para que lo compartas con
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